Para todos los que hemos leído el libro o visto la película, no ha dejado de sorprendernos algunas de los tremendos errores que contiene. En varias exposiciones me gustaría explicar algunos de los fallos que, a mi entender, tiene y que de alguna manera nos reafirma que solo se trata de un libro de ciencia ficción mezclado con detalles de la historia de Jesús, pero manipulados para atraer la polémica y con ello más lectores.
Hoy tratare el asunto de María Magdalena, eje principal de la historia.
“El Código Da Vinci” dice:
María Magdalena era una mujer judía de la tribu de Benjamín. Estuvo casada con Jesús y procreó con Él una hija. Jesús dejó a la Iglesia en manos de María Magdalena, pero después de su muerte en la cruz, Pedro usurpó ese lugar y ella tuvo que huir a Francia. Su vientre es el “Santo Grial” y sus huesos descansan bajo la pirámide de cristal a la entrada del Museo del Louvre.
¿Quién fue María Magdalena?
Antes de alborotarnos ante las afirmaciones de “El Código Da Vinci”, recordemos una vez más el tipo de fuentes que refiere el autor de la novela para fundamentar sus afirmaciones: “La Revelación de los Templarios”, “El enigma sagrado”, “Las diosas en los evangelios” y “María Magdalena, ¿esposa de Jesús?”. Todos estos libros (escritos entre el año 1990 y 2000) , han sido catalogados como literatura de ficción.
Ahora bien, tomando como base lo que nos dicen los Evangelios, no hay duda de que María Magdalena es una figura histórica: es la mujer piadosa que permanece junto a la cruz con otras mujeres y, después de la muerte de Jesús, busca el cadáver de su maestro y, al no encontrarlo, va corriendo a donde están Simón Pedro y Juan, y les refiere consternada que se han llevado del sepulcro al Señor. Mientras los discípulos se volvían a casa, María Magdalena se quedó llorando junto al sepulcro. El dolor la embarga, pero ella permanece en el sito. El Resucitado se le aparece y la llama: “María”. Ella reconoce a Jesús por el timbre de la voz y contesta: “Rabbuni” (Maestro), es decir, el tratamiento que ella le daba en su vida terrenal.
En nuestro tiempo, propenso a las interpretaciones sexuales y eróticas, se han sacado de la relación entre Jesús y María Magdalena conclusiones arbitrarias como, por ejemplo, que ella fue la amante secreta de Jesús o, como afirma “El Código Da Vinci”, que fue su mujer. Pero María Magdalena, de quien Jesús echó siete demonios (Lc 8,2) guarda las distancias a pesar del aprecio que le profesaba a Jesús.
“Rabbuni” no es una expresión erótica, sino el tratamiento agradecido que le da al Maestro. Él le encomienda también la misión evangelizadora: “ve y anuncia que he resucitado” (Jn 20,17).
María Magdalena no tuvo una amistad “especial” con Jesús, simplemente pertenece a la comunidad que se reúne en nombre de Cristo. Los evangelios tampoco la presentan como una pecadora conversa, sino como una mujer que fue liberada por Jesús de una grave enfermedad. Su identificación con la pecadora que unge los pies a Jesús (Lc 7) o con María de Betania es pura leyenda.
En la Edad Media surgió la idea de que María Magdalena había emigrado con Marta y Lázaro a Francia, donde murió y fue sepultada. También se afirmaba que era de familia acomodada, que había ejercido la prostitución y que fue convertida por Jesús. ¡Una leyenda piadosa!
Magdalena y el Santo Grial
La leyenda del Santo Grial no deja de ser un cuento. Está basada en leyendas célticas sobre los posibles recipientes que presuntamente recogieron la sangre de Cristo. La más antigua historia sobre el Grial es el poema medieval “Perceval”, de Christian de Troyes, que vivió en el siglo XII.
Sin embargo, las leyendas sobre el Grial varían en tiempo y espacio. Unos dicen que era una vasija recubierta con joyas, capaz de proporcionar cantidades ilimitadas de comida y bebida; otros afirman que era el plato en el que Jesús y sus apóstoles comieron el Cordero Pascual; hay quien asegura que era la copa que Jesús usó en la Última Cena, o el frasco en el que José de Arimatea guardó la sangre que brotaba de Cristo en la cruz.
En algunas de estas leyendas, se habla de una mujer -sin nombre- que custodiaba al Grial, y cuya existencia ha dado pie a numerosas investigaciones que siempre han fracasado.
Dan Brown, apoyado en otros novelistas que por cierto, lo demandaron por plagio, manipuló los mitos medievales que señalaban a una mujer como la supuesta protectora del misterio del Grial y puso en su lugar a María Magdalena, a quien además convirtió fantasiosamente en el mismo Grial.
RIDÍCULO
En “El Código Da Vinci” se distorsiona con gran ligereza y sin ningún rigor científico las palabras “Santo Grial” hasta convertirlas en “Sangre Real”, que supuestamente hace referencia a las familias reales de David y Benjamín a las que pertenecían Jesús y María Magdalena, respectivamente, y a su descendencia en la dinastía Merovingia.
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