He leído en el diario CLARIN un artículo que realmente me ha impresionado y que quiero postearos, donde miles de niños son obligados a trabajar en las plantaciones de cacao, pagándoles por su trabajo cuatro centavos de dólar por día. Este es el artículo.
"Yacouba Diarra, un niño de 14 años, cayó en manos de un traficante de niños y fue trasladado de contrabando al otro lado de la frontera, hasta la región productora de cacao de Costa de Marfil.Yacouba no estaba solo, sino con otro chico de su edad. Los dos fueron trasladados hasta allí con la promesa de recibir 135 dólares por año de trabajo. "Ignoraba qué trabajo iba a realizar. Ni siquiera sabía que estábamos yendo hacia Costa de Marfil" admitió Yacouba.
Una vez en Costa de Marfil, Yacouba fue llevado hasta un pueblo de casas de barro, ubicado a kilómetros de distancia del camino pavimentado más cercano, en donde él trabajaba todos los días en una plantación de cacao. Su trabajo consistía en arrancar arbustos con un machete y cortar de los árboles las vainas de cacao maduras. Pero luego de un año en el pueblo de Petit Tiémé, el dueño sólo le pagó 13 dólares. Es decir que había ganado unos 4 centavos de dólar por cada día de trabajo.
La historia de Yacouba es similar a la de muchos chicos y chicas de África Occidental y Central, que abandonan sus hogares para trabajar en el extranjero y no ven a sus familias durante años. Algunos chicos caen en manos de bandas de contrabandistas y terminan siendo explotados. Otros terminan en una situación de esclavitud, lisa y llanamente. Pero la mayoría de las veces son los padres los que envían a sus chicos a ganar dinero en otro sitio o a aprender un oficio, en consonancia con una antigua tradición.
Según un informe de la oficina Costa de Marfil de la UNICEF, chicos de Mali y Burkina Faso fueron llevados a trabajar allí de forma sistemática por traficantes. Se calcula que hay 15.000 chicos extranjeros trabajando en Costa de Marfil. Según UNICEF, 200 mil chicos son víctimas todos los años de este tipo de traficantes que los obligan a trabajar bajo condiciones de brutalidad.
De la misma forma que los factores económicos son los que empujan a los mexicanos a emigrar a Estados Unidos, los trabajadores de Mali y Burkina Faso, dos países sin salida al mar, invaden Costa de Marfil. El hecho de que este fenómeno incluya a chicos es un reflejo de la constante pobreza de la región, en opinión de Lagou. "La gente que no vive aquí no puede entender nuestra realidad. Piensen en cualquier pareja de Europa o Estados Unidos. Tienen uno o dos hijos y no pueden entender por qué la gente trafica niños. Pero cuando uno vive aquí lo entiende enseguida. En Burkina Faso, un padre puede llegar a tener 40 hijos, tranquilamente".
Según las leyes de Costa Marfil, los menores de 14 años están autorizados a trabajar, siempre que la tarea no sea peligrosa y cuenten con el consentimiento de los padres. Los chicos que traen los traficantes no son autorizados a trabajar pero la tentación es por lo general muy grande ya que les pagan —o les prometen pagar— alrededor de 165 dólares anuales. En Mali, los más pobres sólo podrían reunir esa suma al cabo de cinco años.
La mayoría de las plantaciones de cacao son negocios familiares. Compradores de pueblos y localidades vecinas envían en camiones a sus representantes para que compren el cacao a los granjeros. Estos, a su vez, lo venden a exportadores de Abidjan. Los exportadores son por lo general libaneses, franceses o africanos ricos, que venden el producto a Occidente, en donde compañías como Nestlé y Hershey lo convierten en chocolate.
En Sédoudougou, una localidad de la zona productora de cacao, Drissa Diarrassouba, un residente de 57 años de Costa de Marfil, vive en un complejo habitacional de austeras viviendas sin luz ni agua corriente. Es agricultor de cacao desde hace 33 años y en ese tiempo sus 19 hectáreas produjeron lo suficiente como para que se comprara un tractor y enviara a 8 de sus 20 hijos a la escuela durante algún tiempo al menos.Hace algunos años, cuando los precios y la cosecha de cacao eran fuertes, tenía contratados a siete u ocho trabajadores de Mali. Hoy sólo tiene a dos hermanos de 18 y 14 años respectivamente, Madou y Siaka Traoré. "Vinimos aquí a ganar dinero", confesó Siaka. Y admitió ignorar que el cacao sea convertido después en chocolate. En Mali sólo lo comió en una o dos oportunidades. "
Realmente este artículo debe hacernos reflexionar sobre la catadura moral de algunos “seres humanos”.
Salud
Artículo escrito por: Norimitsu Onishi para Clarin
http://www.clarin.com
jueves, 5 de junio de 2008
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oye hombre con un bulto oscuro (darkmanburt) jajaja en nuestro blog hemos hecho una pequeña mención a los boquerones en vinagre jajaja por cierto a ver si nos das tu dirección de correo que te vamos a mandar unos power points ;) jajaja
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