Como estudié “en frente de un colegio de curas”, que por cierto era de pago, escuchaba a menudo y se me quedo grabado, que hay que perdonar al que no sabe, ayudar al necesitado y ser bondadoso con el que es débil.
También me decían mis padres que lo malo que viera en otros fuera capaz de evitarlo en mí, que fuera cuidadoso en mis palabras y acciones, (la verdad que esto no lo cumplí porque digo un montón de tacos) que ni mintiera, robara, humillara, levantara falso testimonio ni fuera con personas malas. Me alentaban para que de mayor fuera respetuoso, educado y sensible con las mujeres y las personas mayores de edad.
Me transmitieron la solidaridad con los otros, el cariño a la familia, el ganarme el dinero honradamente, el que el día que tuviera trabajo supiera cuidar de él y cumplir mis obligaciones laborales con el mayor esfuerzo.
Mi padre, que era un poco pesadito, me repetía constantemente que hay que creer en quienes nos mandan porque quieren lo mejor para nosotros, me decía que los valores humanos eran lo más importante y que había que luchar por la libertad y la verdad y que no había que renegar de las raíces de cada uno porque renegar de ellas era negarse a uno mismo. Me hablaba con frecuencia de lo importante que es la unidad para las personas y los pueblos, que siempre defendiera la igualdad y la unidad porque ello nos llevaba a la fraternidad.
Que creyera en la justicia y respetara las leyes, que las leyes eran iguales para todos los hombres y que se aplicaban por igual a todos y que un día vería que la justicia era el mejor instrumento que tenía para conservar mi familia, mis posesiones y mi seguridad.
Así que hasta hace poco yo he creído en todo eso y se lo he transmitido a mis hijos. Porque soy un tío de fe y la fe es creer.
Lo malo es que ahora mis hijos con todo lo que están viendo se sientan a mi lado y se sonríen mientras me miran de reojo (creo que piensan a la vez que soy carajote).
¿Sabéis por qué?
Porque el otro día me dijo uno de ellos.
“Hay que ver cómo está la cosa, na más hay parados, gente en la tele dando entrevista porque ha robao no se cuantos millones, cantidad de mujeres asesinadas y maltratadas y los maridos en la calle, violadores que salen a los dos años, dibujos animados que na más hablan de violencia y follar, maestros que reciben palizas y niñas grabadas en los móviles y en las cam sin que les pase na a los que les graban, padres desesperados porque asesinan a sus hijas, el Gobierno dividiendo al pueblo y los jueces perdonando a los delincuentes, la iglesia metiendo caña con los beatos y los otros cangándose en sus castas, corrupción, ladrones, maleantes que hacen lo que quieren, inseguridad, empresarios dando pelotazos y quitándose de en medio con los dineros dejando a los trabajadores tiraos, sindicatos comprados huyendo de la quema… ojú Papa la cosa está chunga de verdad, yo creo que tú lees muchas historias raras”.
Y el cabrón de mi niño después de dejarme to el discurso con maldad se fue tranquilamente sonriendo y canturreando. Y es que me ha dejado la duda de que si lo que me decían mis padres es la verdad o si lo que mi hijo están viviendo es la realidad. ¡Esta es la cuestión! Así que tengo problemas de creencia ahora que ya soy viejo.
A eso que entró mi gorda y me preguntó donde había puesto el mando de la tele y claro me salió así de golpe: ¡Eso pregúntale a Zapatero que es el que está cambiando el orden de las cosas!.
Grrr ¡¡ay oma!!
Uffffffff !!! Cabreado...
ResponderEliminarEsto es lo mejor que te he leído desde que te leo.
Hay una sencillez en el modo de expresarte solo equiparable a la inocencia de un niño que repasa punto por punto lo bueno que ha recibido de sus mayores.
Has hecho un cuento circular sin duda.
Un cabreado que por una vez quiere volver a ser bueno tal como le enseñaron sus padres, su hijo que ha salido cabroncete como él y toma el relevo del inconformismo paterno...y le recuerda, o le hace salir de su estado de agilipollamiento bondadoso
para volver a cabrearse como Dios manda y la Santa Iglesia prohibe.
Felicidades, me ha encantado tu prosa,tan descriptiva, tan introspectiva...Felicidades.
Y también por ese hijo cabroncete que te ha salido... "de tal palo"...
Te sigo la pista desde hace tiempo y hoy no he podido resistir en comentar.
ResponderEliminarCoincido en lo escrito en el anterior comentario, un Cabreado inocente, calmado y sumamente humanizado.
Me alegro ver que aún se recuerdan los valores y se intentan transmitir a los hijos.
No sé que Cabreado me gusta más, si el de hoy o el de otras veces, dificil elegir.
De todas formas pones en tu escritura el sentimiento y ensamiento que nos gustaria expresar a muchas personas, sin duda eso es un privilegio.
Felicidades, me quedo reflexionando.
Cabreado se nos han roto los esquemas de enseñanza, la vida de nuestros hijos no es la misma que hemos llevado...a mis hijas les digo que deben ser buenas, solidarias...no les digo así: cuando un problema se presenta trato de buscar un argumento válido...a veces me dicen MÁ vos siempre mirando que tiene tal o cual problema!!!
ResponderEliminarYo me he educado en una casa sin religión alguna, aunque los pecados eran tan solo besar a un chico. A ellas las bautizamos, luego le preguntamos si querían hacer la comunión, dijeron que sí...luego nada con religión alguna.
En eso de transmitirles que sean buenas personas, por ahí como madre observo que enfrentan situaciones dolorosas ¿cómo se les enseña a ser diferentes???, no tengo respuestas.
No creo que solo un gobierno cambia el orden de las cosas, es la sociedad en su conjunto...muy buena entrada de padre y me ha gustado eso que te han enseñado a respetar a las mujeres bravo por tu mamá y papá, que de eso se debería dár cátedra en las universidades...besos!!!
Ultimamente yo también estoy teniendo problemas de creencia por cosas como esas o parecidas, porque aquí estan pasando cosas raras, muy raras.
ResponderEliminarLo que no comparto es lo de Zapatero, ya que no es que esté cambiando el orden de las cosas, es que las esta poniendo patas p'arriba.
Pienso que si "nosotros" aprendímos latín, los niños de hoy ya nacen sabiendo latín.
ResponderEliminarEsto es como las series de tv, del "Cuéntame" al "Física o Química".
A pesar de ZP, ten fé.
A pesar de Rajoy, ten fé.
A pesar de rosa Aguilar, ten fé.
Mic mic
En nuestra mano esta seguir con aquello que nuestros padres nos trasmitieron...Hay que seguir teniendo fe aunque visto lo visto los honestos sean inadaptados sociales...saludos..
ResponderEliminarNo se puede expresar de mejor forma las dudas que nos acechan.
ResponderEliminarEs nuestra obligación transmitir los buenos valores que recibimos de nuestros padres y estos de los suyos pero advirtiendo que el mundo de ahí fuera es feroz y despiadado y hay que luchar y no siempre resulta fácil.
Maldad ha habido siempre y todo ese repaso que citas no es nuevo de ahora, lo que ocurre es que antes era menos y menos publicitado.
Y ahora nos regodeamos en espectáculos tan lamentables como los que has citado. Nos vence más el morbo que la razón.
Solo espero que esto sea como un movimiento pendular y que poco a poco la sensatez recupere su lugar. Quizá entonces no habrá lugar a esa sonrisa socarrona del cabroncete de tu hijo.
Un abrazo.
Pues si tu hijo dijo eso: enhorabuena. A los tres. A ti porque a pesar de tu estupor parece que lo has hecho muy bien educándolo, a tu hijo porque tiene las cosas bastante claras y a mi porque al menos sé que hay esperanza en la próxima generación.
ResponderEliminarSalu2