ZAPATERO Y SUS VAGABUNDOS

Ya veis que il Padrone Opaito, que es muy gracioso, me ha cambiado el disfraz. Ese traje amariconao que me puso al principio me lo ha cambiado por esta pinta de metrosexual preparado para un buen corte de mangas, marcando músculos pa provocar a las gachíes y tapando el cuelgue delantero evitando que se me note el paquetón. No quiero decirle ningún disparate a Opa porque he dicho que hasta que pasen los Reyes me portaré bien; que la tele de plasma, el pijama de rayas y las babuchas del Cádiz que le he pedio a Baltasar no quiero perderlos. Además como ha prometido delante de todos vosotros que me perdona la deuda, no es cuestión de cabrearlo y que al final se raje en lo dicho, que Opa por lo escondió es un poco mamón. Así que de momento no le dedicare ninguna entrada llamándole il Cabrone Opaito, pero que tenga cuidadito conmigo.

Y ya que me he sentado delante del ordenador, después de una semana de resaca en la que casi sin darme cuenta empalme la Nochebuena con el día de Año Nuevo, los Danibais me dieron la idea, aprovecho la ocasión pa deciros que estos días de quien me he acordado un montón ha sido de toda esa gente que vive en la calle sin un techo que les cobije, un plato de sopa que llevarse a la boca o una mullida cama en la que reposar sus huesos. Tiene castaña, por no decir cojones, que más de 50.000 personas vagabundearan por las calles de España en estas Navidades, sin que un organismo responsable tome cartas en el asunto.

No seré yo quien de consejos ni ideas para acabar con la lamentable situación en que se encuentran estos pobres desgraciados, tampoco puedo presumir de haberme llevado un vagabundo a cenar y así dar ejemplo de solidaridad y moral humana, pero si puedo exigir a aquellos que en parte tiene culpa de ello, que ahora hagan algo para evitar esta situación o al menos para hacerla más liviana, ya que de esta cifra un porcentaje del 40% son inmigrantes que se han quedado en el paro o que no han podido acogerse a la ley de extranjería prometida por nuestro gobierno. Así que ya me entendéis que quiero decir.

Es muy fácil presumir de país aperturista, solidario e integrador. Es muy bonito pegarte un discurso hablando de igualdad de oportunidades para todos, sin diferencia de lengua, religión y color. Es tremendamente sencillo expender papeles, que no compromisos, diciéndole a un iluso magrebí que en España tendrá un trabajo asegurado y una oportunidad de futuro y así asegurarse un próximo voto. Es aún más fácil dejarle ir tan contento sin avisarle que el día que no encuentre nada, no tendrá ninguna ayuda oficial; más que las propias que encuentre en centro privados de beneficencia, iglesias (a las que desgraciadamente no se les reconoce esta labor), ONGS o centros autonómicos o locales.

Jamás se les ha dicho a esos inmigrantes que llegaron ilusionados a España, la tierra prometida, que ni siquiera era seguro el trabajo para los propios españoles y que las viviendas escaseaban o si no escaseaban eran inaccesibles económicamente. Tampoco se le dijo que a la hora de la verdad tenemos un sistema social que es más bien antisocial, pues la coordinación para atender a los “sin techos” en algunos lugares son llevados en gran medida por la propia policía local y estos no tienen ni siquiera personal para atender a sus labores ciudadanas.

Así que ahora ya veremos qué hacemos con esos vagabundos. Mi problema no es, pero me jode. Porque una cosa es comerte el pavo y pegarte un buen pelotazo de coñac tan tranquilamente y otra aunque te lo pegues, es saber que otros debajo de tu casa están durmiendo en cartones, con un bocadillo de chorizo del otro día y el pan mojado por la lluvia y quiera que no, eso te amarga el pavo y te agua el coñac.

Y si digo que no es mi problema, aunque me jode, lo digo con toda razón, porque yo no he prometido nada a estas pobres personas, ni les he ilusionado con un trabajo que no existía, ni les he prometido una vivienda digna. Tampoco he animado con mentiras a que vinieran a trabajar, ni me he sacado pecho presumiendo por las televisiones.

Por tanto Zapatero y señores del gobierno, lo que se promete hay que cumplirlo y si no tenéis medios de atender a estos pobrecitos, lo que tenéis que hacer es llevarlos a vuestra casa, darles de comer y meterlos en una cama calentita. Si no tenéis cojones de cumplir vuestras promesas como gobernantes, al menos tener honor de cumplir como personas.

No quería llegar a Reyes dándole la bronca a Zapatero y no lo hago. Solo le exijo que cumpla una promesa y si esa es tan fácil como darle de comer al hambriento, de beber al sediento y de atender al necesitado no es capaz de cumplirla, Zapatero y todos sus zapatistas dejan de ser para mi seres humanos y se convierten en máquinas sin sentimientos y yo de quien no tiene sentimiento no me fio.

Así que tu veras Zapatero si eres humano o eres máquina y yo a una máquina no le doy un voto, por tanto para la próxima tienes un voto menos.

Lo que si tienes por ahora para los Reyes el carbón seguro.

Grrr ¡¡ay oma!!