SI YO MANDASE (un cuento inocente, o no)

Si yo mandase, exigiría a los empresarios extranjeros que quisieran invertir en España un depósito en efectivo para que no pudieran irse con la música a otra parte cuando el coste de la mano de obra es menor en otros lugares y también les exigiría contractualmente que no pudiesen llevarse las máquinas, al menos si aún y así decidiesen marcharse, podríamos continuar la producción de lo que fuera, con diferente marca.

Si yo mandase, no permitiría que los empresarios de aquí pusieran sus ojos en el exterior para trasladar su producción y legislaría de forma que realmente los trabajadores pudieran conciliar vida laboral y vida familiar. Haría que las grandes empresas construyeran guarderías donde los trabajadores con hijos pudieran dejar a sus hijos en edad preescolar. Y más….

Si yo mandase, obligaría a las grandes compañías de suministros básicos: Agua, gas, electricidad, teléfono, ferrocarril, etc. a que reinvirtieran la mayor parte de sus beneficios en la renovación de las estructuras, y así convertir y ascender el país a primera división y no como ahora que estamos en divisiones inferiores.

Si yo mandase, regularía la seguridad social, haciendo que se eliminasen las listas de espera. Haría que los médicos cumpliesen jornadas de ocho horas como el resto de los trabajadores y si fuese necesario ampliaría la plantilla para que todo estuviese al día. Crearía nuevos hospitales con habitaciones individualizadas para que los enfermos mantengan su intimidad en los momentos en que no pueden valerse por sí mismos. Y más……

Si yo mandase, subvencionaría la enseñanza de tal forma que desde primaria hasta la universidad fuese gratuita incluidos los libros de texto y materiales. Crearía las suficientes plazas de guardería para aquellos padres que por no trabajar en grandes empresas no disfrutasen de la ventaja a que aludía antes. Y más…..

Si yo mandase, aumentaría las pensiones de nuestros mayores hasta equipararlas con los sueldos que percibían en el momento de la jubilación para que no viesen mermada su capacidad adquisitiva. También haría que todas las amas de casa tuvieran derecho a una pensión de jubilación que reconociese el trabajo callado y anónimo de tantos y tantos años.

Si yo mandase, crearía residencias geriátricas a modo de hoteles y no de centros de confinamiento como son hoy mismo la mayoría de ellas.

Si yo mandase, edificaría el suficiente número de viviendas con margen de beneficio cero, pero sin menguar en la calidad, para que cualquier ciudadana o ciudadano pudiera acceder a ellas sin necesidad de empeñar en ello buena parte de su vida.

Si yo mandase, las grandes multinacionales no vendrían a este país que pone trabas a sus intereses. Los empresarios españoles se lo pensarían dos veces antes de establecer sus empresas aquí y buscarían nuevos horizontes donde las leyes fuesen tan relajadas como lo son hoy y ahora aquí.

Si yo mandase, las grandes compañías de infraestructuras dejarían de tener la legión de pequeños accionistas que como tú o aquel o aquella invierten sus escasos ahorros para obtener algún beneficio mayor que en los bancos ya que la obligación en reinvertir haría que los dividendos fuesen mínimos.

Si yo mandase, habría falta de médicos porque ninguno querría trabajar a destajo como lo hacemos los demás y aunque los obligase por ley, al final, las facultades de medicina verían reducido su número de estudiantes al mínimo y los que quisieran estudiar dicha carrera marcharían a otros países a cursarlas.

Para construir, tantos nuevos hospitales, tantas guarderías, tantas residencias geriátricas y nuevas viviendas asequibles. Para poder aumentar tanto las pensiones de nuestros mayores y dar pensiones a las amas de casa, necesitaría elevar exponencialmente hasta cifras de vértigo, las arcas del estado y eso solo lo lograría subiendo infinitamente los impuestos.

Pero si subo los impuestos y los empresarios dejan de invertir y no se crean nuevos puestos de trabajo, o bien hago funcionarios a la mayoría del país o bien acojo a las legiones de desempleados bajo la protección del estado y para ello debería aumentar más el dinero público, pero ¿cómo? ¿subiendo más los impuestos?

Si yo mandase me gustaría hacer todas estas cosas y muchísimas cosas más con la justicia, con los presos, con las carreteras, con el transporte, con la pesca, con la investigación, con la ecología, con la solidaridad hacia los países más pobres, etc. etc.

Por suerte, para los empresarios, para los inversores grandes y pequeños, para los médicos y para los que religiosamente pagan sus impuestos y están fichados por hacienda y para tantos y tantos que vivimos o malvivimos en este país que se llama España, yo no mando ni mandaré nunca. No, por suerte para ellos, pero sobre todo por suerte para mi yo no aspiro a mandar ni siquiera en mi casa. Solo quiero compartir todo lo que puedo, mis alegrías y mis penas, mis riquezas si las tuviera o mis telarañas si las hubiese.

Esto ha sido un cuento, una paranoia que me ha dado esta mañana después de leer y escuchar declaraciones, opiniones y tertulias que a diario se vierten en todos los medios de comunicación desde los más humildes blogs hasta las grandes cadenas televisivas.

Mandar gusta a la mayoría, pero mandar no es fácil y mandar de forma que los mandados se sientan felices y agradecidos es una utopía o al menos así lo siento yo

Ver la solución a los problemas puntuales, sobre todo si son los de estado, es algo que a menudo practicamos todos al igual que lo hacemos en otros temas más banales como el deporte, los toros, etc. sin pararnos a pensar que muchos, la mayoría de estos problemas, derivan de problemas mayores en los que no reparamos a veces por ignorancia y otras por auto impuesta ceguera. ¿Y vosotros que opináis?

Yo personalmente ya anuncio que seguiré haciendo crítica intentando que esta sea constructiva y seguiré haciendo sugerencias acertadas o disparatadas, ¿Qué queréis que os diga?, soy español y me gusta ser como soy.

Un abrazo a tod@s.