El tema ya un poco manido y cansino de que estamos creando una juventud insensible, asesina, inmoral y que el futuro que vamos forjando es de un caos total, me lleva a la reflexión no solo de si es posible evitarlo, también de quien es culpable, quienes somos culpables y en que media estamos haciendo algo para que este desangre de libertad malentendida y de defender los derechos unipersonales, nos eviten que la jauría de fieras asesinas que pululan por nuestro lado no se encuentren en esa impunidad el día que le metan el diente en el cuello a uno de nuestros hijos. ¿Estaremos entonces dispuesto en hacer lo imposible para acabar con esto?.
Buscar culpables, razones o excusas, ante hechos tan asquerosos es lo sencillo, pero bajo mi punto de vista hay un primer culpable y luego un chorro de culpabilidades. El culpable cada uno de estos niños y adolescentes a los que llamé antes lobeznos, pero que califico ahora de alimañas. Y culpabilidades de todos y cada uno de los miembros de la sociedad y en la que nos incluimos todos; padres, profesores, políticos, jueces, periodistas, psicólogos, fiscales, etc,etc… Porque todos en gran medida somos quienes estamos haciendo y construyendo esta sociedad.
Me cansa y asquea cuando progresistas psicólogos, educadores, periodistas, políticos y representantes de la justicia mencionan los tópicos: familias desestructuradas, educación rehabilitadora, pérdidas de valores o la tan escuchada últimamente, presunción de inocencia.
Que me expliquen que presunción de inocencia puede aplicarse a cinco hijos de perra que violan a tu hija y que por ser menor de edad no se les pueda meter en la cárcel. Que te digan que un niño de trece años no sabe que es un polvo y la diferencia que hay entre echarlo con fuerza, que es una violación y que te lo den gratuitamente, que es un acto de entrega voluntaria.
Un niño a partir de los doce o trece años tiene conocimiento no solo de eso, además de que robar es delito, como lo es pegar, insultar, humillar, acosar, coaccionar, asesinar, injuriar y muchas más cosas que podía indicar pero se me hace largo.
Hoy, afortunadamente, nuestros hijos, nuestros menores y nuestros adolescentes tienen el perfecto conocimiento de lo que se debe hacer y lo que no, diferente es que saben que por su calidad de menores, además le salvaguarda que la justicia está de su parte y pueden meter sus garras por donde les plazca. Ya ves que son listos, incluso más de un menor es capaz de amenazar a sus padres con una denuncia por el simple hecho de que estos los castiguen por traer malas notas o no les dejen llegar tarde a casa.
Esta es nuestra sociedad, la que estamos construyendo y a la que le estamos labrando el futuro. Tú, yo, ese y aquel de allí.
De los padres son los valores, la obligación de transmitirle aquello que le hace persona y ciudadano del mundo. De los profesores la educación y la ética, con el permiso y la complicidad de la familia. De los políticos la normas por y con las que debemos vivir, no descompensar los derechos con las obligaciones y dictaminar las leyes, reglas y herramientas para que todos y cada uno no rompamos esa armonía. Y los legisladores aplicar las leyes con justicia, equidad, respeto e imparcialidad, evitando que los malos sean los dominadores del mundo de los buenos.
Por último dejo mi parrafada a dos sectores que para mí son importantísimos, los medios de comunicación y los profesionales de la medicina.
Mientras los primeros sigan enseñando y mintiendo con un mundo que no es real, mientras sigan haciendo del delito un show y un medio por el enriquecer sus periódicos, radios o televisiones, seguiremos dándole de comer al lobo, estaremos poniéndole la presa ante su cara.
Los segundos, psicólogos, psiquiatras y otros educadores de niños problemáticos sigan apoyando la rehabilitación como medio de recuperar a estos delincuentes sexuales, sicópatas y asesinos en potencia, sin tener en cuenta el castigo, la obligatoriedad de acatar normas de conductas civilizadas y sigan empeñados en que un menor no es consciente de sus actos, estaremos fomentando que cada vez existan más menores que lo sean para el delito, pero no para el respeto de las normas básica de convivencia.
Que pregunten a los padres de Sandra Palo, Marta o las niñas de Baena e Isla Cristina o esas miles de niñas que han sido violadas por menores que opinan de nuestra sociedad. Probablemente que escupen al suelo, como minino.
Por favor paremos a “Asesinos de Catanas”, de Martas, Sandras y otras, porque no sabemos si mañana seremos uno de nosotros los que estaremos recogiendo firmas pidiendo justicia por nuestros hijos.
Ya lo dijo Alfonso Guerra hace muchos años, bastantes, “A España no la va a conocer ni la madre que la parió” y doy fe que es verdad.
El gobierno dice que no puede cambiar la ley del menor "basándose sólo en casos concretos". Pues que me expliquen en qué necesitan basarse.
ResponderEliminarA lo mejor si la víctima fuese una de sus hijas... ¡Ah! esto seguro que sería otro cantar. Pero claro, sus hijos tienen guardaespaldas que pagan los padres de hijos indefensos.
Estoy que echo humo.
Difícil todo esto. Hay tantos factores en juego que, sin que sirva de precedente, me hace ser pesimista. La educación no es dar información sin mas, para eso estan las enciclopedias, es analizar y aplicar dentro de unas normas y unos valores adquiridos, principalmente en el seno familiar. Luego está lo de nuestra clase política, que es de un nivel tan bajo que bien poco nos podemos esperar en lo tocante a soluciones legales.
ResponderEliminarhemos convertido la sociedad del "bienestar" con el "todo vale"... en fin, que no se si es que ya es tarde o que lo veo muy negro, pero me uno a vuestra indignación.
Un abrazo lleno de tristeza
Poco se puede añadir a tus palabras Opa,has tocado practicamente todos los aspectos de este tema tan dificil de abordar por lo que estamos viviendo en estos días.
ResponderEliminarEl derecho de un "presunto" asesino inculpado a "mentir" para protegerse, el derecho de un "presunto-violador-menor",derechos que forman parte de un sistema democrático complejo y supuestamente evolucionado que a cambio nos pasa la factura,situando esos "derechos" ya no digo a la misma altura, sino incluso por encima de los de las víctimas.
Es cierto que no podemos retroceder en ellos, nuestro sistema de derechos ha costado sangre sudor y lágrimas y actitudes enfebrecidas a favor de la pena de muerte que hemos visto en casos parecidos,aparte de canalizar nuestra rabia,no conducirían más que a una época a la que muchos no queremos regresar, pero también es cierto que un adulto, un joven y sobre todo un niño que comete un delito propio de un adulto, como es el de la violación, cuando queda sin castigo, es un reincidente garantizado.
La responsabilidad, tu mismo lo has dicho Opa, es de todos, padres, profesores, psicólogos, sociólogos,medios de comunicación, jueces y legisladores.
Si la sociedad ha cambiado, cambiemos las leyes, pero no sigamos transmitiendo la idea de que un delincuente menor tiene impunidad porque entonces estaremos perdidos.
Un abrazo.
Ni quitaría ni pondría una coma porque es perfecta la entrada. Perfecto y suscribo punto por punto lo que has escrito.
ResponderEliminarBesitosss
La Ley del Menor no es mala. Lo malo es la aplicación. Y no cambiar la ley por los casos puntuales es una de las muchas estupideces que se dicen. Si hay casos (y no son uno ni dos que son muchos) habrá que modificar la ley para que esos casos entren dentro de ella. En cualquier caso esas alimañas (muy bien descritas por tu parte) aparte de usar el grupo porque a solas ni se atreverían, tienen como mayor problema el que no se educa en la responsabilidad y el trabajo sino en el dejar hacer que no importa nada.
ResponderEliminarUfff, me siento tan impotente y llena de rabia en estos casos... y que la familia tenga que abandonar sus casas, sus vidas, y todo, porque los culpables del delito andan sueltos por ahí siguiendo con su vida normal. Como diría el cabreado: Grrrr ay omá!!
ResponderEliminarBesos a todos los opaítos!!
El único problema que tiene la Ley del Menor es el legislador que se basa en la supuesta ignorancia del menor al “no saber lo que hace” como la única vía para legislar.
ResponderEliminarEsta ley me recuerda a la formulación que hizo Juan Jacobo Rousseau, al decir que la civilización corrompe al hombre, intrínsecamente bueno, bueno por definición: el hombre es bueno y la Ley su perdición. Estúpida teoría que se corresponde con estúpidas leyes, como esta ley por ejemplo.
Está claro que un menor de 13 años sabe distinguir perfectamente entre el bien y el mal y es plenamente consciente de sus actos. Hasta ahora la responsabilidad penal empieza a los 14 años de tal modo que niños de 12 o 13 que delinquen no pueden ser castigados penalmente. Esto está dotando al delincuente de una sensación de impunidad, de que todo vale porque al final no pasa nada.
Mas allá de que urge un cambio en la ley creo también que algo falla en una sociedad donde se produce un aumento muy alarmante de los delitos cometidos por menores y creo que también algo tiene que ver con la banalización del sexo, el cuestionamiento de la autoridad y una educación no sustentada en valores y principios sino en el mínimo esfuerzo y en el éxito fácil y rápido a costa de lo que sea.
¿Debe un menor de 14 años ser responsable penal de los delitos que comete? Por supuesto. ¿Dónde debe cumplir la pena? En centros apropiados, donde la palabra castigo esté un peldaño más arriba que la de reeducación, que, en mi opinión no sirve más que para convertir a una persona en reincidente.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, sin duda desgraciadamente habrán mas casos como estos y seguiremos lamentandonos por no saber que hacer aún.
ResponderEliminarUn saludo
¿De qué le vale a la víctima que la justicia busque que el culpable se recupere para la sociedad y no vuela a hacerlo?
ResponderEliminarLa justicia debería ser el precio del delito.
Pobre víctima.