Hola a tod@s:
Hace unos días vi en una cadena de televisión de ámbito estatal un programa de esos de pseudoinvestigación que solo sirven básicamente para el lucimiento personal de la periodista que lo conduce y que a veces compagina con la presentación de otro programa de esos llamados realitys. Me refiero a la Sra. Mercedes Milá.
Dejando a un lado mi opinión sobre dicha señora, diré que en ese programa que versaba sobre el consumo de alcohol y otras sustancias por parte de individuos o de "energúmenos" los llamaría mejor, que luego se ponen al volante o al manillar de un coche o una motocicleta.
Hasta aquí nada que decir, salvo que es algo que ya conocemos bastante porque este no ha sido el primero ni será el último de los programas denuncia de este tipo.
La crítica a este programa en particular viene por varios aspectos. El primero porque parece identificarse el consumo de alcohol y drogas por parte de jóvenes aficionados o adictos a la botellona, cuando el tema del alcohol afecta por igual a jóvenes y no tan jóvenes. Tal vez la cantidad ingerida sea mayor en los jóvenes, pero una vez sobrepasado el límite permitido, a mí me da igual la cantidad y me preocupan más los efectos del alcohol sobre las personas y que no se pueden medir por un mismo rasero.
Tampoco el consumo de drogas ya sean legales como los tranquilizantes y ansiolíticos por poner dos ejemplos o ilegales como la marihuana, cocaína, y otras drogas de diseño que antes generalizábamos bajo el nombre de "tripis" y que adoptan diferentes nombres como el de cristal, extasis, etc. son patente exclusiva de los jóvenes y mucho menos de los jóvenes de discoteca. Hay mucho individuo que ya se está adentrando o está en plena madurez aficionado a esnifar rayas de coca o consumir alguna que otra sustancia prohibida.
Por lo tanto, si se quiere hacer un programa informativo y/o de denuncia serio, no es mucho pedir que se haga con verdadero rigor y hablando de todos los segmentos de edad, clase social, etc. y desde todos los puntos de vista y no llevando, como fue el caso, a las autoridades a encerronas y acusaciones que dejan en entredicho su buen hacer.
Por cierto, me quedé atónito al escuchar y ver a un letrado que explicaba como si tal cosa la forma en que puede librar siempre desde la legalidad a clientes acusados de conducir e intervenir en accidentes bajo la influencia del alcohol y otras sustancias. Si tan fácil es eludir la ley al menos pediría que no se le haga publicidad pues para tanto descerebrado que anda suelto, solo falta que se crean que pueden hacer lo que quieran porque saldran con poco más que una sanción administrativa.
Pero no me quedo con esto solo. La Sra. Milá puso como único ejemplo de los abusos de los moteros pasados de alcohol, drogas y afectos de un cerebro del tamaño de un mosquito a todos aquellos que se concentran en Jerez o sus aledaños y localidades próximas en las fechas de los campeonatos de motociclismo, entrevistando a jóvenes locales y dejando fuera a los de otros confines.
Y yo me pregunto. ¿Sabrá la Sra. Milá que a Jerez acuden miles de motoristas de todo el estado y aún de fuera de nuestras fronteras? y ¿qué la exclusiva de las borracheras no las tienen los jóvenes o no tan jóvenes andaluces? Me hubiese gustado que hubiese mostrado lo que ocurre en Cheste o en Montmeló por citar otros dos ejemplos, pero no lo hizo. En cambio si nos explicó la magnífica labor que lleva a cabo un policía autonómico catalán dando charlas en centros escolares a adolescentes candidatos a manejar un vehículo y que como bien decía, a ser víctimas de accidentes de circulación tan solo atendiendo a lo que dicen las estadísticas.
No es que quiera desmerecer la labor de este policía, al contrario la aplaudo pero, estoy convencido de que no es la única persona que ejerce labores docentes de este tipo, pero claro, a la Sra. Milá se le ve el plumero catalán y barre para la que cree su casa que no deja de ser la de todos, pero con ello no hace más que fomentar los viejos tópicos a los que parece que estamos condenados eternamente.
Esto no ha sido más que un intento de mostrar como se puede sesgar la información y como a través de esta se puede manipular la opinión de la mayoría.
En fin solo me queda deciros que con independencia de la edad, cuidemos el consumo de todo aquello que puede mermar nuestras reacciones al volante. Debemos hacerlo por nosotros mismos y por los que se cruzan en nuestro camino.
Un abrazo a tod@s.
domingo, 12 de julio de 2009
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De verguenza el programa y la Milá, pero ya nos tiene acostumbrado a estos bodrios.
ResponderEliminarUn abrazo