domingo, 8 de abril de 2012

Sobre la Semana Santa


Hola a tod@s:

Hubo un tiempo cercano en la memoria pero lejano ya, en que la Semana Santa, así con mayúsculas, se vivía por real decreto con respeto y recogimiento. Eran tiempos de auténticos sentimientos religiosos donde mayores y no tan mayores acudían a visitar monumentos o lo que era igual visitar iglesias con todas sus imágenes cubiertas con velos morados y donde eran fáciles encontrar muchas mujeres y algún que otro hombre rezando los treinta y tres credos correspondientes a promesas efectuadas a lo largo del año y que incluso en algunas ocasiones venían de años anteriores.
Todo esto estaba condicionado por la falta de otra música en las emisoras de radio que no fuera la música sacra o por los pases en televisión de las películas características como Los Diez Mandamientos, Quo Vadis, Rey de Reyes, La Herida Luminosa, etc. Y programas como el sermón de las siete palabras, el lavatorio de pies, las procesiones, vías crucis, etc. y por supuesto todo ello sin ningún tipo de publicidad.

Pocos eran los que podían permitirse desplazamientos entre ciudades e incluso estos no estaban muy bien vistos.
Aún recuerdo mi primera salida de Semana Santa hacia el macizo del Pedraforca ante la absoluta reprobación de mi abuela y la resignación de mis padres.
Mucho ha pasado desde entonces. Hoy en día semana santa, ahora ya en minúsculas es sinónimo de vacaciones. Para unos despedida de la temporada de esquí. Para otros, inicio de la temporada de playa y sol. En otros casos, ocasión de conocer lugares nuevos, visitar a la familia y en general “desconectar” de nuestras actividades habituales.

La semana santa se ha convertido en un punto de inflexión para adultos y menores. Para los menores significa el paréntesis previo al último esfuerzo del curso escolar. Tras dos trimestres lectivos, ya solo queda un trimestre y la perspectiva de unas largas vacaciones empieza a despuntar.
Para los mayores ocurre como en Navidades. Es un periodo favorable a la reflexión y a nuevos propósitos que seguramente quedarán en el baúl del olvido tras pasar una o dos semanas.
Y mientras las televisiones, radios y demás medios de comunicación tratan de que no olvidemos que estamos inmersos en una grave crisis de la cual no se prevé una rápida salida, ni siquiera a medio plazo, los desplazamientos en automóvil superan los ocho millones y las estaciones de tren y aeropuertos están llenos de gente. De nada sirve que sepamos que a la vuelta con los bolsillos vacios, nos vamos a encontrar el combustible más caro, los peajes al alza, el pan algo menos asequible y las amenazas de subidas en toda clase de bienes y servicios. Es tal nuestra necesidad de esa desconexión que por escasos que sean los medios, intentaremos permitirnos algunos extras en estos días.

Pero volviendo al principio y a la pregunta de si queda algo del sentimiento de hace decenas de años, la respuesta es que Sí. Solo hay que ver como he podido ver yo en primera persona la afluencia de gente a las procesiones de Cádiz o en cualquier otra ciudad de nuestra geografía. Unos atraídos por su merecida fama, otros por la curiosidad de descubrir si se trata de una paranoia místico religiosa de una multitud de gente, o una demostración de folklorismo trasnochado.

Lo cierto es que tenemos que reconocer que desde el respeto que deben merecernos todas las formas personales de vivir estas fiestas, es raro quien en estas jornadas nos tenga un pensamiento hacia misterios que ni sabemos, ni podemos demostrar y/o justificar y un deseo de que todo vaya a mejor en el plano general y también en el personal.

¿Y vosotros que tenéis que decir a esto?

3 comentarios:

  1. Es tiempo de vacaciones pero para muchos, es tiempo de reforzar la fe. Y se merecen un respeto también.
    Salu2

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  2. Indiscutiblemente la Semana Santa ha cambiado como todo en la vida. Para muchos es una manera de reforzar de fé, para una gran mayoria una manera de coger unas vacaciones y para los más extremistas un motivo para sacar toda la desverguenza y falta de respeto hacia las creencias de otros.

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  3. La verdad, es que para mi, personalmente, la Semana Santa es con mayúsculas PORSUPUESTO y siempre. Sé que para la mayoría ya poco queda de esos rezos ante la devota imágen de Cristo o María y aunque parezca difícil éste año en podido comprobar con mis propios ojos que verdaderamente aún queda mucha gente que vive la Semana Santa como yo, por su fe.
    Aunque siempre haya algún gracioso, porque tontainas hay en todos lados... La fe y el fervor hacia esa "imágen" venerada y en resumen a la religión sigue viva a pesar de las "DISTRACCIONES".
    A pesar de ello se sentía esa fe. Acentuada o no por ésta crisis que quizá a hecho despertar en algunos la fe perdida...

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