lunes, 27 de septiembre de 2010

ANTE EL 29-S

Hola a tod@s:
Creo que los años empiezan a pasarme factura cuando pienso que ya me falla la vista y el oído y, aunque me rebele ante ello, sospecho que deberé aceptar el hecho de que me encuentro en la antesala de vivir recordando las luchas de años pasados. Yo de mi nieto empezaría a aterrarme pensando en las “batallitas” de su abuelo.

Me falla el oído y prefiero que así sea cuando escucho que no vale la pena alzar la voz. Veo borroso y pienso que mejor ciego, que ver como la sociedad, esta sociedad en la que me toca vivir se adormece, se rinde y encoje de hombros, mientras desde arriba, desde el poder, se continúa dando vueltas de tuerca ahogándonos un poco más.

Pasado mañana, los que trabajamos, los que tenemos la suerte de poder sufrir esta maldición bíblica de ganarnos el pan y muchas otras cosas más, con nuestro esfuerzo físico y/o intelectual, estamos llamados a una huelga general.

Es una huelga necesaria pero tardía. Es necesaria porque una vez más se han vuelto a pisar y mancillar los derechos de los trabajadores. Porque lo que se nos ofrece es pan para hoy y hambre, mucha hambre para mañana. Porque deberíamos estar hartos de que se nos culpe de esta y de todas las anteriores crisis, que nunca hemos querido, que no las hemos buscado y que no hemos provocado, pero de las que siempre pagamos las consecuencias, mientras los verdaderos culpables salen bien librados.

Esta jornada, no tendrá más consecuencias que la de ver mermada nuestra nómina el siguiente mes y en las pagas extras, pero no por ello debemos dejar de hacer que se oiga nuestra voz. Lo peor que podría pasar es que el jueves se diga que el escaso seguimiento de la huelga significa que los trabajadores en una actitud responsable avalan las decisiones del gobierno.

Nos hemos amuermado, nos hemos aburguesado sí, de tal manera que nos duele más el día que nos pueden descontar de la nómina que el decir basta. Nos hemos vuelto tan insolidarios que cuando se cometen injusticias a nuestro lado, volvemos la cara.

Esto es lo que hicimos cuando los funcionarios sufrieron un recorte de sus sueldos. Porque somos envidiosos y creemos que el funcionariado es un colectivo que vive a cuerpo de rey, sin dar un palo al agua y con la garantía de tener un trabajo vitalicio. No nos paramos a pensar que ese era el primer paso y que luego vendrían más, los que ahora sufrimos y que aún vendrán otros, el de las pensiones y quien sabe cuántos más aun.

Tenemos, es cierto, unos sindicatos acomodados que no velan por nuestros derechos. Y no me refiero al decir esto, a los miles de afiliados que desde las bases del sindicato luchan con el ideal de dotar a los trabajadores, de marcos mejores en los que desarrollar su trabajo. Me refiero a todos aquellos que ven en los sindicatos una forma de obtener privilegios y/o de alcanzar cotas de poder que les permitan satisfacer sus intereses personales.

Son estos sindicatos los que deberían haber respondido al gobierno de forma rápida y contundente, mucho antes de que se llegara a esta situación, pero esa respuesta pasa también por dar alternativas, algo que, quiero pensar que es así, no han sabido hacer, al igual que no han hecho por no saber o por no querer los partidos que no gobiernan.

Pero el intentar poner freno a los desmanes del gobierno no debería quedarse en una jornada de huelga y una manifestación. La presión ha de ser constante hasta el punto de que el gobierno explique claramente el cómo y el porqué se ha llegado a esta situación y señale a los verdaderos culpables y si es incapaz de reconducir la situación, disuelva ambas cámaras y convoque elecciones anticipadas.

Envejezco, es cierto, y en el pasar de los años veo cuan baldía fue la lucha de tantos y tantos por conseguir librarnos de una dictadura y traer una democracia.
¿De qué sirvieron las carreras, los palos, las detenciones, la cárcel, los miedos de entonces? ¿Para conseguir una sociedad en la que todos, estudiantes y obreros, jubilados y activos, se sienten extraños, pero se sientan, a su vez, dócilmente en un cómodo sofá frente a un televisor cada vez más sofisticado, más delgado, más grande, mientras se deja cegar y drogar con programas de la más denigrante calaña?

Me vuelvo mayor y gruñón, tal vez sí, lo he dicho otras veces y vuelvo a repetirlo.
Tal vez por eso, tal vez por esta razón, aunque tenga muchas más, siga pensando que he de hacer huelga. No porque lo digan unos sindicatos en los que no me veo representado y que esperan el éxito para prenderse medallas. No por dar satisfacción a los partidos no gobernantes que harán de la huelga bandera para continuar con su continua labor de acoso y derribo. La haré porque creo que como individuo y como trabajador debo hacerla, porque quiero creer que aún es posible frenar esta vorágine de desatinos. Porque aún creo en que la unión hace la fuerza. Porque creo en la libertad. También por esta razón respeto a los que en conciencia consideran que no deben hacerla y también a aquellos a los que la pérdida de un solo día de salario les significa el no poder aportar un plato caliente a la mesa, que también los hay. Quizá a estos deba mayor respeto que al resto.

Releyendo esta entrada me doy cuenta que quizá no sea verdad lo que decía, no soy tan mayor como para bajar la cabeza y aceptar con paciencia de buey que nos meen encima y que ni siquiera se dignen a intentar engañarnos diciendo que llueve.
Aún me siento capaz de decir alto y claro que estoy harto de mangoneos de unos y de otros, de políticos y sindicatos, de patronos sin escrúpulos y de castrados de mente que no quieren ver el negro futuro que nos espera.

Y aún estoy dispuesto a aguantar palos y porras si con ello podemos volver a cambiar el rumbo de las cosas y ofrecer una sociedad mejor a los que nos preceden, quizá no tan cómoda como la que aceptan, pero si más justa.

Y vosotros, ¿qué vais a hacer?

5 comentarios:

  1. Hola MacGyver, el problema como bien dices es que la huelga llega tarde, dos años tarde para ser exactos que fue cuando se comenzó con los recortes. Por esas fechas la respuesta de los sindicatos tendría que haber sido inmediata y contundente pero no fue así...y el hecho de que esta huelga no vaya a ser seguida por una parte importante de la población, no significará que estén de acuerdo con las decisiones del gobierno, simplemente es que no están para nada de acuerdo con los sindicatos y no tienen ganas de apoyarlos cuando hasta ahora estos sindicatos han estado mirando para otro lado y dando por bueno todo lo que el presi iba haciendo (y lo estoy diciendo de una forma fina porque si realmente dijera lo que pienso Opaito me censuraba para siempre).
    Los trabajadores ya no se sienten identificados por quien vela por sus derechos, ya están muy quemados.
    El 21 de marzo se convocó una huelga general en el Pais Vasco y CC.OO y UGT no la secundaron..., claro es que por aquel entonces no había crisis, digo yo que sería por eso... es que no quiero pensar mal..(me gustaría que le echárais un vistazo al BOE para saber lo que las "hermanitas de la caridad" se han estado llevado estos últimos años de crisis por defender a la clase obrera)Vamos, que a los españoles nos ha salido caro el silencio de todos estos años de Toxo y Méndez y mientras más trabajadores a la calle y más trabajadores cobrando menos.
    Me da mucha pena decir todo esto porque si bien es cierto que los sindicatos hace años hicieron muchísimo por los trabajadores hoy no son ni la sombra de lo que fueron. Los trabajadores están perdidos en sus manos (y digo están porque yo llevo dos años en paro), pero nos han vendido como a ovejas y ahora cuando ya hay poco que hacer quieren recuperar la poca dignidad que les queda y colgarse una medallita. Yo lo siento pero con eso no comulgo, las protestas tenían que haber venido antes no ahora cuando ya la reforma se ha aprobado. Esta huelga es un paripé y no se la creen ni ellos.

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  2. Yo no voy, la reforma esta firmada, los sindicatos ya no son lo que eran y zapatero de todas formas no se va a ir asi que prefiero no ir...un abrazo un placer pasar de nuevo por tu casa...

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  3. Yo voy también. Los derechos de los trabajadores pisoteados y los capitostes de la banca y la economía diciendo que los problemas son culpa de los trabajadores es algo con lo que no comulgo.
    Salu2

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  4. Estoy de acuerdo contigo punto por punto. Yo no puedo ir a la Huelga porq soy una de las paradas que hay en este país pero hay dos opciones, secundar la huelga y estar en contra del gobierno o ir a trabajar y darle la razón al gobierno. Ante uno y otro pese a que no sabemos cual es peor jamás voy a elegir al gobierno.

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