Trabajo más de ocho horas al día. Soy consciente de que con mi trabajo, el empresario o la empresa, tanto da como lo llame, obtiene pingües beneficios, sin duda alguna muchos más de los que obtengo yo con mi nómina.
Con el dinero de esa nómina pago una hipoteca que da excelentes intereses a la entidad que me la concedió y que se nutre, la entidad, del dinero que depositan en ellas un ejército de personas a las que premia con un interés misérrimo y que cuando ha llegado la época de “las vacas flacas” ha recibido de quienes rigen el país en el que resido, ayudas monetarias que salen de las arcas que yo nutro con mis impuestos, es decir que yo he socorrido a quien abusa de mí y no muestra el mismo trato si yo no cumplo con mis pagos.
Pago además los servicios básicos como electricidad, agua, etc. a unas compañías que se enriquecen día a día a costa de no invertir en la renovación de las redes, salvo que a ello vengan obligadas por averías que suponen un coste indirecto para mí, como por ejemplo el sufrir los efectos de apagones que me privan de luz, poder cocinar, o mantener mis alimentos en condiciones, o poder beber agua, lavar la ropa o mi aseo personal. Son las mismas empresas que por otro lado gastan ingentes cantidades de dinero, de ese dinero que pago yo, en comprar en el extranjero otras compañías con el objetivo de enriquecerse mucho más o las que dilapidan dinero en campañas publicitarias para pregonar sus excelencias que muchas veces son falsas como ocurre con la velocidad de internet.
Pago también los alimentos que debo consumir para mi sustento y cuyo precio está multiplicado en muchos casos por cientos sobre el precio que cobra el agricultor, pescador o ganadero, enriqueciendo de esta forma a muchos intermediarios.
También debo pagar el coste de los libros de texto de mis hijos, material de escritorio y otros que les encargan en la escuela y eso a pesar de que la enseñanza pública es gratuita.
A pesar de que tengo vehículo, lo cual visto fríamente es más un lujo que una necesidad, habida cuenta de que pago el combustible, al estado, cada vez más caro a pesar de que por lo que leo o escucho, los precios del barril en origen tienen fluctuaciones y suben o bajan, debo pagar impuesto de circulación a mi ayuntamiento, revisiones de I.T.V. a la administración autonómica y fras. de mantenimiento y aparcamientos en zona azul o verde porque el ayuntamiento, ese a quien ya pago un permiso de circulación, se empeña en hacer más difícil cada día el movimiento de los vehículos particulares. A pesar de eso, utilizo el transporte público siempre que puedo, pues este no llega a todos los rincones de mi ciudad. Pago por ello un precio que no se justifica con el servicio que recibo: pocos vehículos, horarios que no se cumplen, hacinamiento en las horas punta, etc.
Con el dinero que me sobra al cabo del año, que no es mucho, debo hacer frente a la compra de ropa que no adquiero en tiendas de marca y procurando siempre aprovechar los periodos de rebajas, de medicinas y a veces gasto en ocio aunque debo confesar que no es todo el que yo quisiera ya que no dispongo apenas de tiempo y porque los precios en este apartado distan mucho de mis posibilidades.
Antes de cobrar mi sueldo, me retienen unas cantidades que sirven para pagar las pensiones de quienes ya han sido explotados durante años y que llegados a una edad en el que su rendimiento físico o intelectual no procura los mismos beneficios, son relevados de sus puestos de trabajos y a la vez relegados a una vida en la mayoría de los casos con muchas privaciones, eso sí sin tener, por el hecho de haberse “jubilado” curiosa ironía la de esta palabra que se deriva de júbilo, que pagar menos que las personas en activo por casi la mayoría de los puntos que he enumerado antes.
También contribuyo con esos “impuestos” la palabra se deriva de imponer, es decir, de obligar si o si, a la Seguridad Social, ese ente que debería velar por mi salud, pero en el que soy atendido tarde y mal, al que debo acudir cuando mi salud se quebranta previa petición de hora que nunca es inmediata, como si yo pudiera prever el momento en que voy a enfermar, y en donde si acudo de “urgencias” que se deriva de urgente debo esperar muchas horas. Si para mi desgracia debo operarme deberé guardar una lista de espera que se demora por meses. Un ente además que se provee de grandes hospitales en los que los “pacientes” palabra que se deriva de paciencia, deben compartir habitación con desconocidos aquejados como yo de la misma u otra enfermedad, y eso que yo soy afortunado porque vivo en una gran urbe, otros en pueblos pequeños no gozan de este servicio y cuando precisan de hospitalización deben añadir a su propio sufrimiento, el quebranto económico y moral de los familiares que deben acompañarlos.
Por último el estado me retiene un porcentaje elevado de mi sueldo para sus arcas, con el pretendido objetivo de procurarme un estado del bienestar??? Eso lo hace mes a mes y una vez al año ajusto cuentas con él. A veces me toca pagar aún más, otras veces me devuelven el sobrante aunque lo hacen tarde y mal pues ese dinero no me procura intereses.
Dicen que a cambio, el estado invierte en obra pública, carreteras aunque las autopistas son de peaje, y las carreteras secundarias están llenas de baches, viviendas aunque los pisos de protección oficial son adjudicados por sorteo ya que no hay para todos, escuelas, institutos, universidades aunque llevar a mis hijos a la universidad no me saldrá nunca gratis, puertos, aeropuertos, estaciones de ferrocarril, aunque nunca pueda usarlos y los uso serán pagando y no poco, embalses aunque el agua no llega para todos y la seguimos pagando a precio de oro, y para mantener una estructura funcionarial que abarca todos los ámbitos desde la seguridad, hasta la docencia, desde la medicina hasta la justicia y a los servicios que menos pueda pensar.
Y por último pago con esos impuestos los sueldos que están años luz de lo que yo cobro, de unos individuos, llamados, concejales, alcaldes, diputados, senadores, presidentes de diputaciones, autonómicos, ministros y presidente del gobierno cuyo trabajo consiste en mover los hilos y administrar el dinero que yo les doy y que en muchas ocasiones como he podido ver en los últimos tiempos, son tan ávidos de la riqueza y de mayor poder que no dudan en corromperse para lograr sus objetivos.
Si me quejo de todo esto, soy un demagogo. Si insisto en ello puedo ser juzgado por, una justicia que contrariamente a lo que pregonan no es igual para todos. Si no me quejo, seré un buen ciudadano aunque lo cierto es que soy un gilipollas, un buey que solo hace su trabajo sin protestar y que no tiene arrestos para decir basta ya, hasta aquí hemos llegado. Sí, ese soy yo, o al menos así me siento hoy tras leer, las nuevas medidas de un gobierno que tenía por bandera la defensa del “estado del bienestar” que envolvía en palabrería bonita e ilusiones a los más vulnerables y que ha resultado ser un lobo con piel de cordero.
Si ese soy yo, pero ese puedes ser tú o tú o aquel o aquella. Mi historia es la de millones de individuos anónimos, mujeres y hombres: galegos, andaluces, euskaldunes, cántabros, catalanes, manchegos, etc. a la fin habitantes de un territorio al que los romanos llamaron Hispania y que ha derivado en España, pero que no dista mucho de otros territorios. Así soy yo y este es mi lamento, esto es lo único que puedo hacer ya que sé que esta situación no cambiará porque somos como borregos camino del matadero. Esto no tiene solución, pero al menos nos queda la posibilidad de pregonar nuestra impotencia, nuestro desaliento y desánimo, nuestra queja y desesperación.
Hoy no es sin duda un gran día, quizá mañana pueda serlo, como dice la canción depende más o menos de mi ¿verdad?
Y vosotros ¿Qué opinais?
Mc Gyver, lo has clavado. No hay más que decir.
ResponderEliminarSalu2
Y si fumas estás jodido.
ResponderEliminarPero te faltó fumar, pagarle a la prosti...
ResponderEliminarY ya sabes: no fumes y estas navidades come conejo..aunque si es del que yo imagino ese da gusto comerselo...un abrazo...
ResponderEliminar¿Pero tú eres de los que se había creído que se había acabado la esclavitud?
ResponderEliminarSolo hemos cambiado de propietario...
Ya ves el presidente del progreso y el bienestar, nos ha salido de lo más bandido e inutil.
ResponderEliminarTiene webs que los dos presidentes sociales que hemos tenido no las han clavao bien clavada.
Un abrazo
¡¡¡ Joder,me has dejado hecho polvo !!!
ResponderEliminarPerimar