LOS ESPAÑOLES VIVIMOS MEJOR QUE NUNCA

Hola a tod@s:

En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según del color del cristal con que se mira.

Esta frase viene a cuento de otra que el pasado martes pronunció el vicesecretario general del PSOE, José Luís Blanco y que parece haber levantado ampollas en este país y encendido polémicas con defensores y detractores de dicha frase.

Yo particularmente, me encuadro entre las filas de los defensores de esta afirmación pero con matices.

Los españoles gozamos ahora de una libertad inimaginable tan solo hace treinta y tres años atrás y mucho menos hace cincuenta años, y conste que cincuenta años pueden parecer muchos y son un instante en la historia. A los que no han vivido esos tiempos, solo decirles que lo que ahora estoy haciendo podía haberme costado, de haber podido hacerlo entonces, serios problemas con la policía primero y con la justicia después.

En series de televisión nos recuedan como para trabajar, una mujer precisaba del permiso de su padre o de su marido, lo mismo que para obtener el carné de conducir o el pasaporte y, no solo la mujer estaba limitada. Cualquier ciudadano debía en el caso de solicitar el pasaporte, presentar el certificado de penales, donde la más mínima anotación fuese por delitos comunes, ideológicos o de tendencia sexual, era motivo para que se denegase. Cuando aspirabas a un puesto de trabajo pasados los veintiún años se debía presentar la cartilla militar, en el caso de los hombres o del servicio social en el de las mujeres, requisito sin el cual no eras admitido en los centros de trabajo con todos los derechos. La enseñanza no era obligatoria hasta la edad en que lo es ahora y así podría desgranar un sinfin de argumentos que pondrían de manifiesto la carencia de libertades que existían.

Pero no es una cuestión únicamente de libertades. Hoy son legión los ciudadanos de este país que pueden disfrutar de vacaciones y además viajar, y hacerlo a confines remotos. Disfrutamos de los últimos avances tecnológicos ya sean en electrodomésticos de línea blanca o marrón. Nuestras mesas están bien surtidas, la sanidad pública nos ofrece muchos más servicios y así podría ir desgranando más y más razones.

Es cierto que no todos, lamentablemente, podemos disfrutar de todo esto. Hay millones de desempleados que sufren a diario la incertidumbre de saber si volverán a ser activos, mientras ven con desespero como el fantasma de la pobreza o de la miseria se acerca peligrosamente a ellos. La inseguridad y no hablo de sensación, sino de realidad, ha crecido aunque también eso tiene su explicación. La juventud no puede acceder a la vivienda tan fácilmente como lo hicieron nuestros padres, ni el empleo es tan estable como lo era antes, las pensiones de jubilación y/o viudedad son insuficientes, aunque también en esto como en todo lo anterior, habría que matizar muchas cosas.

Lo que me gustaría hacer ver, es que en general, en global y comparado con tiempos pasados, vivimos mejor que nunca. Con esto no quiero decir que no podamos quejarnos. Creo que no solo es nuestro derecho, si no nuestro deber hacerlo, quejarnos, denunciar y luchar para que todo lo que aún nos falta por conseguir, que no es poco, se vaya alcanzando.

Y sobretodo, y esto no es cuestión únicamente de los "políticos", los empresarios, en definitiva de los que vemos más arriba que nosotros, debemos tratar que en esa globalidad, en ese conjunto de la sociedad española, sean cada vez más los que puedan opinar que viven mejor que nunca frente a los que pueden demostrar que esa visión no va con ellos. Todos podemos contribuir a ello de múltiples formas.

Empezaba con una cita literaria, acabaré con un refrán: Querer es poder.

Un abrazo a tod@s.