Hace ya tiempo hice en una de mis entradas una alusión a Argentina y a raíz de un comentario dije que dedicaría una entrada a comentar la triste situación de este país.
No soy eonomista, ni politólogo así que lo que aquí expresaré es una opinión muy personal basada en testimonios de personas que residen en ese país o que en estos momentos residen en España pero que salieron de allí. Siendo así entiendo y acepto que lo que yo escriba pueda ser contestado o incluso refutado por otros lectores, pero como se trata de una tribuna libre, en ella expresaré mi opinión.
Argentina es un país soberano cuya extensión está entre los 2.791.810 km2 y los 3.761.274 km2 según se incluyan o no las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y Aurora más el área Antártica lo que la convierte en el segundo país por extensión de América del Sur.
Es decir es un país entre cinco y siete veces la superficie de España, con una población estimada de 40 millones de habitantes y una renta per capita, nivel de crecimiento económico y calidad de vida que la sitúan entre los más altos de América Latina.
Es este un país rico tanto en agricultura y ganadería como en otros campos entre los que incluiríamos la industría petroquímica.
A ojos vista pues, diríamos que Argentina es un país rico, sin embargo la situación interna es muy diferente. Los diferentes gobiernos militares y la guerra de Las Malvinas en 1.982 sumieron a Argentina en una seria crisis económica aunque por contrapartida trajo de nuevo la democracia a este país.
A mediados de 1.998 Argentina entró durante el Gobierno de Menem en la recesión más importante de su historia, el deficit fiscal hizo que en 1.999 el gobierno de De La Rua aplicase una serie de medidas de ajuste con el pretendido propósito de sanear las finanzas del estado, todo esto llevó a lo que se conoció como el corralito que llevó al país en el 2.001 a una situación de especial gravedad con una tasa del paro del 18,3% de la población activa y a la práctica desaparición de las clase media argentina.
Hoy después de ocho años, la situación es realmente alarmante, el empleo es precario, la inseguridad es muy creciente y la falta de artículos de primera necesidad se hace patente en muchos establecimientos de la capital Buenos Aires que concentra el 30% de la población y el abismo entre las dos clases existentes se hace cada día más grande.
Causa honda tristeza que un país que siempre se ha podido comparar con los paises europeos, cuyas riquezas están fuera de toda duda, se vea abocada a una crisis permanente de salida incierta. Es digno de reflexión pensar y recapacitar sobre el éxodo de su población hacia otros países y como en algunos casos, por suerte minoría, estas personas que han tenido que dejar atrás una historia, un pasado, se vean rechazados en vez de aceptados olvidando que precisamente con ellos, todos nostotros tenemos una deuda histórica que se remonta a nuestro más reciente pasado de la guerra civil.
Argentina y España son y a la vez no son tan diferentes. Que no caiga en el olvido su proceso, ayer les toco a ellos, hoy será otro país, pero mañana....... Quienes mueven los hilos que van más allá de los estados, no entienden de paises ni de fronteras, solo de beneficios, sus beneficios, no lo olvidemos.
martes, 1 de julio de 2008
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Lo que más coraje me da es que a España le puede pasar algo parecido y lo qué más siento de Argentina es que es la población la que siempre paga los platos rotos.
ResponderEliminarsaludos.