Hola hijo. Ya ves que rápida pasa la vida, casi sin darnos cuenta hoy hace ocho años que te fuiste de nuestro lado. Ocho años con sus vaivenes a veces felices y otras veces tristes, pero en cada una de esas sacudidas siempre te tenemos presente, Siempre recordamos tú sonrisa, positividad y alegría... es imposible que no estés en cada una de las cosas que nos ocurre cuando te llevamos tan dentro del corazón.
Sabes hijo que las cosas por casa siempre son sonadas, aunque nos gusta la paz y vivimos en paz, cada cierto tiempo tenemos que librar alguna batalla y este año está siendo una muy dura. No hace falta te diga, porque nos empujas desde allí, desde mayo mamá esta mala. El maldito cáncer llamo a la puerta con alevosía y premeditación. Menos mal que tú, nuestro ángel, estas siempre abanicándonos y soplaste muy fuerte tus alas para encontrar el camino adecuado. Menos mal que todo fue muy rápido y hubo personas muy buenas que hicieron extraordinariamente su trabajo y mamá puede contarlo.
Aunque para ti y para mí;... ahora la batalla que está librando esta siendo muy pesada, cansina, desesperante. Me ha dado mucha pena verla esta semana tan frágil, triste, sin fuerzas para nada y más cuando es una persona que desborda vitalidad y alegría. Pero hijo, esta maldita enfermedad solo puede combatirla con este tratamiento tan fuerte que muchas veces pienso que a la vez que la cura, le quita la vida. Pero como siempre decimos nada en la vida es gratis y nada tiene recompensa si antes no te sacrificas por ello. De todos modos ya lleva dos días mejorando mucho y está muy preparada para el camino que aún le queda y estoy convencido ganará.
No esperábamos este golpe, te lo prometo, creía que ya con lo tuyo estaríamos libres de “sorpresas”, pero se cumple lo que dice el refrán. “las penas nunca vienen solas” y vaya que no. Tu tío Juán, que tanto te quiere y tu prima Ana Mari están pasando por el mismo calvario este año. Ya ves hijo que la vida a veces no tiene sentido y personas tan buenas tienen que vivir tan malos momentos. Pero los tres son fuertes y los tres ganarán esta batalla, con tu ayuda seguro que la ganan.
Por lo demás todo es menos importante. Yo sigo a mis cosas, a mi trabajo, a mi grupo y y a nuestro Cádiz, que tanto sufrimiento nos ha dado otra vez este año. Tengo ganas de volver a la normalidad, tener tiempo para disfrutar de mi vida tranquilamente, sin sobresaltos, poder volver a mi pintura. Pero no puedo quejarme hijo y sabes que no lo hago. Siempre miro adelante, siempre veo lo afortunado que soy, por tus hermanos: Jose Ramón que esta estupendamente y que parece que ha encontrado a su media naranja, Nieves, una chica estupenda, buena, cariñosa, que ha entrado en casa y se ha convertido en una hija más y que ella nos devuelve continuamente ese cariño, lo palpamos.
Por tú hermana Ana, tu Ana, mi Ana, mi niña bonita que sigue con su carácter “especial” pero que aún siendo ya una mujer está consiguiendo guardar como su padre la niña que lleva dentro. Esta semana viene otra vez para quedarse el verano y sé que lo esta pasando muy mal con lo de mamá, pero también sabe que hay que ser fuerte y está siendo fuerte. Es una bendición tener a una hija así. Tan buena, tan llena de vida, forjando ella sola su carácter y que sigue sacando sus estudios con esfuerzo pero que tendrá su recompensa. Es frágil, pero fuerte a la vez y la herencia de la positividad le hace aún más fuerte.
También por tu tío Popo, que cada día esta mejor, le digo a mamá:
"este nos entierra nosotros", porque parece mentira con lo malito que estuvo como ha recuperado tan bien. Luchamos por el como otro hijo y nos sentimos tan orgulloso que responda de esta manera que a veces nos olvidamos de nuestros problemas, sobre todo tu madre.
Estamos muy agradecidos por la legión de amigos que tenemos detrás que nos apoyan, quieren y se preocupan cada día. Con sus llamadas, con sus mensajes, alentándonos y animándonos a cada momento. Es imposible decaer cuando tienes a esta inmensa cantidad de amigos y a toda tú familia detrás jaleandote y mandándote toda esa energía. Somos afortunados por eso hijo, muy afortunados por tener a tantísima gente que nos quiere.
Y para terminar el Paquiro. ¡Ay hijo cuanto me hubiera gustado que hubieras vivido con Paquiro!. Ha sido una bendición que este animal entrara por casa hace hoy también un año. ¿Qué casualidad verdad?. No sabes cuanto nos acompaña, como nos hace reír, como le notamos que entristece cuando estamos triste,.... es increíble que un animal, un perro, sea capaz a veces de comportarse de manera mas humana que un propio humano. Le tenemos como si fuera un hijo pequeño, jajajaja, con lo que hemos criticado esto y ya ves, ahora no me cuesta reconocerlo.
En fin hijo, son tantas las cosas que aún sin estar aquí sigo compartiendo, seguimos compartiendo contigo que cualquiera podría decir que estamos locos, pero todos aquellos que te conocieron nos comprenden porque se que ellos también te llevan en el corazón y más de un día se acuerdan de ti y hablan contigo, me consta que es así.
Es imposible olvidar a un ángel hijo. Y tu fuiste un ángel, mi ángel, nuestro ángel, que volaste hace hoy hace ocho años al lugar que te correspondía, el cielo y desde allí guardas y nos das fuerzas para cada uno de los sinsabores que nos da la vida y a la vez para reconocer también todas esas maravillosas cosas que nos ofrece.
La lección que nos diste en vida aún no la olvidamos y nunca la olvidaremos, porque tu ejemplo de superación, de amor a los demás, de sensibilidad, de altruismo y felicidad quedaron grabadas a fuego en cada una de las personas que te conocimos. Tus barreras físicas no fueron impedimento alguno para demostrarnos que siempre hay tiempo y lugar para superar todos los obstáculos que te pone la vida.
Tengo que dejarlo aquí hijo mio, no quiero ponerme triste y la sensibilidad emocional ya empiezo a notarlo en mis dedos. Quiero que sepas que he prometido no caer, quiero seguir siendo una roca, un junco que se mueve pero no se tumba porque mamá necesita de mí más que nunca. Porque la vida me ha dado muchas cosas maravillosas que no me permiten caer y porque sé que aunque la pena muchas veces me embarga, tengo mil y un motivos para sentirme feliz,
Hijo sigue cuidando de mamá, de tu tío Popo, tu tío Juan y tu prima Ana Mari. Mándalos mucha fuerza desde allí, no les dejes ni un momento. Y de camino, si puedes cuando tengas un ratito, dale un tirón de orejas al Pepe para que estudie, que los disgustos que no me habéis dado vosotros con los estudios, me lo esta dando este “sieso” por vago.
Bueno hijo.... te quiero mucho, sabes que sigo llevándote en mi corazón, sigo acordándome a cada minuto de ti y se que mi aliento es tu aliento. Así que espero que sigas empujándome cada día para seguir transmitiendo todo lo bueno que la vida me ha concedido.
Un beso allí donde estés, que para mi es el Cielo.