DE REY DEL POLLO FRITO, A REY DE LA INQUISICION DE OPINION

Ayer me envió “il Padrone Opa” una noticia aparecida en 20minutos.es en la que en su titular decía: “Ramoncín emprende una cruzada contra webs que publican comentarios en su contra”, lo que confirma que el antaño defensor de ideas progresistas y de libertad, desde hace unos años se ha reconvertido a burgués defensor de los derechos intelectuales (SGAE) y inquisidor de las libertades de las que cuando era “El Rey del Pollo Frito” reclamaba en sus desconocidas canciones; porque éxito como cantante ha tenido el mismo que yo como guardaespaldas.

Y es que este chaval ha vivido más de su boquita de piñón como polemista televisivo y sus escándalos gritones en la movida madrileña, que por su calidad artística; así que al final se apuntó a pregonero de la SGAE y vivir del cuento de los derechos intelectuales. Que tiene cojones la inteligencia que tienen sus canciones, pa mi que ha sido el Leonardo Dantes del rock español.

Pero como el tal Ramoncín está amenazando que quienes hagamos comentarios sobre su persona corremos el riesgo que nos cierren el blog y a mí que le cierren el blog a Opa me daría mucha pena, no opinaré sobre “El Rey del Pollo Frito” pero sí sobre todos esos progresistas renegados que cruzando el límite de lo que es “su” libertad se pasan a la libertad de los demás coartándola y amenazándola hasta conseguir llegar a lo que se convierten, burgueses acomodados llenos de resentimientos. Y si el Ramoncín o su clan leen esto y creen que lo digo por él, puedo asegurarles que no; otra cosa es que se den por aludidos, pero vamos que a mí me importa un carajo lo que piensen.

Desde hace unos años en la sociedad española están apareciendo una serie de tipejos que se llevan todo el puto día amenazando en los medios de comunicación con demandas, juicios y todas esas tonterías porque se sienten amenazados en su honor e intimidad cuando ellos durante años no han respetado ni el honor ni la intimidad de los demás, han insultado y vejado a diestro y siniestro y mediante una mal concebida libertad de expresión han distorsionado la imagen no solo de una parte de la juventud, sino de una sociedad entera. Aún me acuerdo de esas movidas madrileñas donde se promulgaba y animaba a que “las drogas y el alcohol es sinónimo de libertad”, claro está siempre amparado por eso de que uno puede opinar libremente sobre todo.

Ahora cuando esta gente ha crecido y ya eso de gritar y mear por las calles, seguir normas de izquierda, pasar de todo, etc., etc. resulta ridículo, esa gente ya no son progresistas, son señores de orden que cualquier comentario sobre su persona se hace intolerante, no admiten que les recuerden sus orígenes y a menos que opines de manera diferente a ellos te consideran facha por ese simple motivo, como veis total libertad de ideas; un mojón para ellos.

Pero lo peor no es esto, lo peor no es lo que hablen, que ya sus discursos son carcas y vacios, lo peor es que esas posturas de izquierdas innovadoras y esas pintas de intelectuales la han cambiado por caras ropas de Dolce&Gabanna o Armani, relojes Rolex o Cartier, perfumes de 200 euros y carísimos BMW o Mercedes. En su vocabulario ya no encontramos palabras hacia la libertad de la sociedad y el bienestar común, ahora su defensa se basa en sus derechos como ciudadano y su interés personal o su entorno, llegando incluso al límite de coartar la libertad y el derecho de los demás y no hace ni puta falta que me explique porque vosotros sabéis bien que quiero decir y además no tengo ganas de dar más explicaciones.

Estos que son de izquierdas y progreso cuando les conviene no tienen más ideales que los suyos propios y así andamos ahora, durante años hemos oído y seguido discursos de gente sin nivel intelectual, vociferantes, de tacos fácil, polemistas y radicales y que con el tiempo han guardado las chupas de cuero y los jerseys de lana de cuello alto, para cambiarlas por trajes de corte y camisas de puños planchados. Así entienden ahora nuestra libertad de opinión y nuestro derecho a expresarnos.

Ahora esos piden respeto y honor para ellos y nos quieren hacer callar. Ahora …. os podéis ir al mismísimo carajo.

Aunque acabo de ver en un documental de National Geographic que han dicho que de comer mucho pollo te salen espolones en el cerebro, lo cual disminuye la inteligencia y lo mismo eso tiene mucho que ver.

Grrr ¡¡ay oma!!