Puede que os sorprenda que el titulo de esta entrada sea mía, creo que hasta ahora siempre he sido una persona cautelosa y modera al realizar mis post, ciertamente que este encabezamiento debía corresponder más a un artículo de El Cabreado Enmascarado. Pero hoy y después de unos días muy duros y difíciles ya todo ha terminado en su primera parte y me encuentro profundamente cansado y cabreado.
Creo que habéis notado que durante esta semana mi aportación al blog ha sido escasa y que las visitas a los vuestros nula, la razón, un problema familiar; grave, tremendo, injusto y que quiero compartir con vosotros que sois mis amigos.
Juan y Antonio (Popi) se casaron hace tres años, una pareja de homosexuales que después de casi veinte años de relación a escondidas de la familia, aunque nosotros lo sabíamos y aceptábamos, un día y casi por presión de quien os escribe, decidieron “salir del armario” y vivir como se merecían, juntos, pero sin tener que esconderse o negarlo.
Juan y Popi siempre fueron una pareja feliz, muy enamorados, vivían el uno para el otro y su primer año de matrimonio fue tan normal como una pareja de heterosexuales, es más, diría que mejor que muchas parejas de heteros.
Pero al año esa felicidad, ese amor, fue puesto a prueba. Antonio (Popi), sufrió un infarto cerebral, casi se muere, sus lesiones fueron muy grandes, aun le duran algunas. Se quedó sin habla, su capacidad para moverse nula, el lado derecho de su cuerpo quedó paralizado y lo que podría recuperar, según los médicos, era muy poco.
Durante casi dos años, Juan ha estado cuidándole, dándonos a familiares y amigos un ejemplo de amor, generosidad y solidaridad que serian difícil de explicar. El mimo, cariño, la entrega que Juan ha demostrado durante la enfermedad de Popi; luchando para que ande, llevándole cada día al logopeda para que pudiera emitir palabras, visitando médicos y recuperadores, haciéndole dietas especiales, cuidando su medicamento… tantas y tantas cosas por las que ha tenido que preocuparse que serian difícil de enumerar aquí.
Para ello, para poder realizarlas, dejó de trabajar, se fue de su trabajo, se entregó en cuerpo y alma a él, incluso muchas veces se olvidó de sí mismo para ocuparse de su pareja. Muchas veces cuando a última hora del día le llamábamos para ver que tal estaba Popi, no era de extrañar que Juan no hubiera tenido tiempo ni de sentarse un rato y probablemente ni comer, a veces hasta se olvidaba.
Juán no consentía que nadie hiciera su trabajo, el cuidar a Popi, hasta le abroncábamos muchas veces porque no dejaba que le ayudáramos, siempre decía igual: “si a él le gusta que yo lo haga, no le gusta que nadie lo haga por mi”, sin duda quería decir “lo amo tanto, que nadie puede ocupar ese sitio”.
Pero la vida, a veces, es muy hija deputa. El martes de momento Juan se puso malo hubo que llevarlo al hospital, se despidió de su Popito diciendo que no se preocupara que solo era un dolor de cabeza.
Ayer le hemos incinerado, no verá más a su “gordito”, su amor se apagó.
Han sido cuatro días muy duros, no encontramos explicación, no imaginamos que tipo de justicia o injusticia tiene la vida, solo que en este caso, en el de Juan, no solo no ha sido justa, es que no tenía que ser así. El solo pedía poder seguir amando y cuidando a su ser más querido.
Ahora queda aquí Antonio (Popi), desolado, bloqueado, con la mirada perdida, haciendo una y mil preguntas en su mente, porque por desgracia no nos la puede preguntar, no habla, no escribe. Creo que a él también le han aplicado pena de muerte, pero en vida. Su vida, sus ganas de vivir se han ido con Juan.
No pienso ni quiero hablar sobre el papel divino en este asunto, no me interesa ni me preocupa, estoy muy cabreado ahora para pensar en eso. Solo digo que si hay justicia, la única posible es que Antonio (Popi), se encuentre pronto con Juan, en caso contrario estará cada día agonizando.
Estoy orgulloso de haber conocido a Juan, es un privilegio que para mí fuera mi amigo, mi cuñado y mi hermano. Ha sido una suerte que me haya enseñado la generosidad del amor por una persona y sobre todo he tenido la oportunidad de haber vivido en carne propia que mis hijos han tenido tres padres, Antonio, Juan y este que humildemente os escribe.
A mi querido amigo, hoy le hemos dejado en su árbol preferido, en su chalet, donde reposaba los fines de semana regando y cuidando sus plantas, su otro amor.
A mí y a los míos nos deja un hueco tremendo en el corazón. Ahora nos toca cuidar de Popo, no podremos hacerlo como él, pero pondremos todo los medios y cariño que tenemos, aunque lo que no sabemos si el querrá seguir viviendo, me da que no.
LA VIDA, A VECES, ES MUY HIJA DE PUTA.
Como ya ha te he comentado antes de nuevo daros a toda la familia mi mas sincero pesame.
ResponderEliminarTuve la suerte de conocerlo y me parecio una persona maravillosa, y siempre cuando pasaban por mi trabajo se paraban a hablar un ratito y era de agradecer.
La verdad que el destino se esta cebando de una manera injusta con esta maravillosa familia.
Juan este donde estes descansa en Paz.
Ramón siento mucho por el dolor que les causa la partida de Juan...entiendo perfectamente la relación, el amor no es hetero...es amor en muchos casos poco vistos...qué decirte, no hay palabras. A mimar mucho a Antonio...no tengo palabras me voy...chauuuu
ResponderEliminarLa vida es demasiado dura para nuestras mentes, pero aún es peor la muerte amigo, esa sí que no la comprendemos.
ResponderEliminarEntiendo tu dolor y amargura.
Un fuerte abrazo.
La vida es injusta. Me he quedado sin palabras despues de leerte.
ResponderEliminarImaginaba que algo pasaba, pero no tan fuerte.
Mi vida cambió cuando descubrí que "la soledad del corredor de fondo" podía ser compartida.
Gracias por compartir tu dolor.
Mi pésame y mi abrazo Ramón, de tu amigo Guillermo
y a veces "Hija de P*ta" es corto.
ResponderEliminarMucho ánimo.
Corto no: cortísimo. Un abrazo.
ResponderEliminar¿A veces?
ResponderEliminarLo siento mucho Opaito.
ResponderEliminarÁnimo para Antonio, y para todos vosotros.
Un abrazo.
Querido Ramón, siento muchísimo por todo lo que estáis pasando. Ayer no quise decirte nada porque después de esos días tan malos y tan duros no quería volver a hurgar en la herida haciéndote revivir todo de nuevo. Necesitabas descansar y no pensar en nada.
ResponderEliminarAnte una desgracia así, la gente, como es normal, queremos interesarnos y transmitir nuestro más sentido pésame y a veces, no nos damos cuenta de que al hacerlo, no permitimos que esas personas descansen de su dolor.
Saber que jamás volverás a ver a tu alma gemela, al amor de tu vida, que jamás volverás a escuchar sus palabras, sentir su cariño es muy difícil. Juan, al morirse, se ha llevado una parte de Antonio y, aunque él ahora mismo no tenga ni ganas de vivir, hay que volcarse en él, hacerle ver que todavía tiene muchos momentos felices por vivir, momentos que están por llegar y que, aunque Juan ya no esté, su recuerdo es algo que nadie le podrá arrebatar. Es muy difícil pero el tiempo ayudará a hacer el caminito más fácil.
Tu familia y tú sois el mejor de los ejemplos de fortaleza y tu capacidad para transmitir y para ayudar a la gente a enfrentarse a sus problemas, a encontrar una salida cuando lo damos todo por perdido, será la mejor ayuda que puedas ofrecerle.
Siento no poder decir nada más, no soy buena a la hora de dar ánimos ni consuelo. Solamente decirte, que para lo que necesites que aquí estoy. Lo siento muchísimo.
Un beso muy fuerte.
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ResponderEliminarComo amiga tuya, Ramón, he compartido tu felicidad y tu entusiasmo el día en que Popi y Juan vieron por fin realizado su sueño,que al fin y al cabo era solo un trámite más en una pareja que había demostrado sobradamente su unión y su amor.
ResponderEliminarSiempre he sabido, por ti,lo gran personas que eran ambos y todo el orgullo que tu familia sentía por ellos y todo el cariño que les profesabais,estoy segura que merecido.
La vida es injusta,es cierto, y no hay palabras de consuelo ante una pérdida así.
El dolor de Popi,inmenso,es un dolor compartido por una familia que ya ha demostrado en otras ocasiones su fortaleza ante golpes tan duros.
Estoy segura de que nadie como vosotros,será capaz de darle cada día una razón para seguir luchando y todo el cariño y el apoyo que necesita.
No puedo añadir más, solo mi más sentido abrazo a ti y a los tuyos.
La vida nos va golpeando a nuestro lado hasta que llega el momento que nos golpea a nosotros.
ResponderEliminarSiento mucho lo de tu amigo. Mis condolencias.
Un saludo Ramón.
Un abrazo muy fuerte, y muy de acuerdo con el título de este post.
ResponderEliminarYo todavia no puedo decir nada. Creo que el adiós de Juan tan imprevisto me llevará mucho tiempo para asimilarlo. No puedo ni quiero pensar que pasará ahora con mi tio Popo, ojalá todo sea cuestión de tiempo. Ninguno de los dos se merece esto. Por mi parte, me hará falta mucho tiempo para volver a ser la misma,a lo mejor ni siquiera volveré ha serlo. Gracias a todos, y a mi familia mucha mucha fortaleza para afrontar esto sin Juan, una persona a la que tanto y tanto queríamos.
ResponderEliminar(ana_beto)
Si pudiese encontrar las palabras necesarias para poder reconfortaros... pero no las encuentro.
ResponderEliminarSólo puedo decir que lo siento, que es realmente injusto y que aquí os dejo todos mis besos y abrazos para que os envuelvan.
Un besuco.
Yo también me he quedado sin palabras. Un gran beso para ti y los tuyos
ResponderEliminarJooooooo, no es justo, lo siento mucho, me he quedado muy bloqueada, un gran abrazo para todos.
ResponderEliminarNo puedo decir nada más de lo que han dicho los otros. En casos como este, lo único que se me ocurre es recordar aquella frase que afirma que la muerte es solo la puerta a un mundo mejor y liberado de las cadenas que nos mantienen en vida aquí.
ResponderEliminarJuan seguro que está bien, y no se trata de pensar en Dioses y cielos, si no de pasos en la vida y la muerte. No tiene porqué ser el fin la muerte física, y sí puede ser un paso necesario hacia una existencia plena.
En estos casos, y siempre agarrándome a clavos ardiendo con los que apartar mi tristeza, pienso que incluso las larvas mueren para poder transformarse en mariposas.
Un saludo Ramón y lo siento, lo siento en el alma, porque no hay nada peor que ver morir a alguien cercano y sin verlo venir.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, de verdad que cada uno de ellos son un empujoncito para poder seguir para adelante.
ResponderEliminarEstoy seguro de que Opaito los agradece mucho.
Besos y abrazos para todos.
Hola Ramón... he leído tu entrada y me he puesto a llorar. No tenía ni idea de que teníais un familiar enfermo. Siento que el desenlace haya sido este. Me ha parecido una historia de amor preciosa, como son las historias de amor verdaderas, cuando amas a alguien tanto recorres el mundo si hace falta por esa persona. Es como dice Roberto Begnini en El tigre y la nieve: Si ella se va para que quiero el sol, la luna y todo, que se lo lleven... (o algo así... que más da..., pero es cierto)Lo siento mucho, mucho. Un beso para toda la familia.
ResponderEliminarPD: Jose Ramón te estoy llamando pero supongo que estás con pocas ganas de hablar hoy. Te mando otro beso.
Fuiste moderado con eso de hija de puta, no te preocupes.
ResponderEliminarPero lo que aún no comprendo es que con la cantidad de cabestros e hijos de puta que hay por la vida, siempre se van los buenos y los otros se quedan dando por el culo.
La vida no es a veces hija de puta,lo es muchas veces y casi siempre con quien no tiene que serlo.
Un abrazo fuerte Opa y a todos los Opaitos, que sentimos el dolor contigo.
Muchas gracias a todos por vuestros animos y palabras de cariño.
ResponderEliminarTanto yo como mi familia os lo agradecemos de corazón.
Popi esta bastante sereno aunque muy triste como es normal. Ojala que pueda superar esto.
Un abrazo fuerte a todos
A veces la vida es injusta, y tenemos que seguir luchando y darle gracias a Dios de poder ver la luz cada mañana.Un abrazo para toda la familia
ResponderEliminarNo puedo estar mas de acuerdo con el título del post, es tan doloroso cuando una persona buena se va de nuetro lado. No podemos mas que tirar para adelante y llevar en nuestro corazón toda la ternura y el amor que nos han dejado. Mucho ánimo y un abrazo enorme.
ResponderEliminarLo siento en el alma. Vaya historia espectacular y triste al mismo tiempo. Que sea lo mejor.
ResponderEliminarUn gran beso
Lo siento mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarSiento mucho haber tenido que leer tan triste noticia.Sólo puedo hacer una cosa,mandaros un gran abrazo y mucho ánimo a todos
ResponderEliminaresta historia es una mas de injusticias que tiene esta vida...esto nos hace muchas veces renegar de un dios y de decir que la vida es una mierda...pero es vida y como tal hay que acertarla para lo bueno y lo malo...no estoy pidiendo que aceptes la muerte de tu amigo juan ni mucho menos pero si popi se hubiese recuperado bien estariamos hablando de una vida maravillosa, y de un dios justo...Y sin embrago estamos inmerso en uno de tantos sin sabores que nos da la vida...Siento de verdad que esto haya ocurrido asi y quizas el mejor homenaje seria poner una foto de ellos o de el en el blog de aquellos momentos que fueron inmensamente felices...En fin un abrazo amigo y cuidad de popi todo lo bien que sepais que sera mucho...
ResponderEliminarMi más sentido pésame.
ResponderEliminarMenudos palos que da la vida joer. Animo que aqui estamos todos para apoyaros
ResponderEliminarUn abrazo mi maestro...
ResponderEliminarOpaito tiene razón al decir que la vida es, a veces, muy hija de puta, aunque yo matizaría más y diría que son las situaciones injustas las que hacen que debamos calificar de esta forma tan descarnada a la vida.
ResponderEliminarLa vida no deja de ser un espacio de tiempo que todos procuramos pasar de la mejor manera posible, aunque los hay que entienden esa forma de pasar la vida como la oportunidad de “joder” a los demás.
Ayer y hoy no podemos por menos que referirnos a Juan, cuya vida se extinguió de manera fulminante el pasado sábado.
Ya fue injusto el haber tenido que esconder durante años su gran pasión por Antonio. No fue menos injusto el que gran parte de su familia, no aceptasen su relación con Antonio, pero quizá la gran injusticia llegó cuando vislumbrando su jubilación y teniendo un montón de proyectos e ilusiones a cumplir con su pareja, el destino, el azar, Dios o quien o cómo queráis llamarlo hizo que Antonio, su pareja, sufriera un Ictus cerebral que dio al traste con todas esas expectativas.
Nunca desde el tiempo que medió desde este acontecimiento hasta ahora le oí quejarse de su mala estrella. Asumió, como relata Opaito, el cuidado de Antonio o Popi o gordito como él solía llamarlo con una abnegación digna de envidia.
Quizá por esto mismo vemos como la mayor de las injusticias, el que un repentino y escondido tumor cerebral se llevase a ese hombre admirable en tan solo cinco días.
Pero como si eso fuera poco, para los que quedamos y fuimos testigos de su despedida, aún hubieron más injusticias, las de la ausencia de dolor en las actitudes y en los semblantes de quienes compartiendo su misma sangre, no tuvieron ni la valentía de reconocer el error cometido durante años, ni el coraje de estar presentes cuando sus cenizas se mezclaban con la tierra que alimenta un membrillo que hace años plantó junto a su “gordito”
La vida fue una grandísima hija de puta con Juan, o tal vez no y lo libró de una amargura mayor viendo como su gordito iba pasando los meses y años sin mejoras que le permitiesen retomar aquellos proyectos aparcados, o negándole la posibilidad de ver como la ambición y la cerrazón de ideas lo alejaban cada día un poco más de los suyos.
La vida fue muy hija de puta con Juan de igual forma que lo fue con Antonio hace casi dos años y que lo ha vuelto a ser ahora al arrebatarselo con nosotros privándonos de la presencia de Juan y dejándonos un poco más solos.
Te echaremos en falta Juan y por haber sido tan grande no te olvidaremos nunca.
Ramón, llevo dos días pensando en qué decirte, no para consolarte porque eso sólo el tiempo lo dirá, pero es tal la rabia y la impotencia que siento que tal vez diga barrabasadas. Estoy con el Enmascarado: con la cantidad de hijos de puta que solo sirven de estorbo se tienen que ir los mejores.
ResponderEliminarTodo mi cariño Ramón y mucha fuerza
Amigo te envio mi más sincero pésame. Es una historia conmovedora y no sabes como siento un desenlace como éste.
ResponderEliminarUn abrazo.
..Yo tambien lo siento muchisimo, es tanto el dolor que se llega a sentir.. que no me explico que nos lleba a seguir adelante.Y seguimos.
ResponderEliminarY es que no nos preparan para ese dolor.
Un abrazo.
Lo sentimos Opá, nuestro más sentido pésame y mucho ánimo para ti, Antonio y todos a los que le ha dejao un hueco dificíl de llenar.
ResponderEliminarDescanse en paz
Soy tan despistada que hoy es que me entero de la fatal noticia.
ResponderEliminarUn besote grandote con todo mi pesar, mis condolencias a toda la familia..