Aunque me creyerais desaparecido, estoy aquí. Lo cierto es que el trabajo, el calor y las vacaciones han hecho que me haya tomado un periodo sabático en esto de hacer entradas.
Y precisamente sobre las vacaciones voy a escribir. No hace apenas diez días volvíamos Ana y yo de “Caí”, de pasar tres semanas que se han hecho tan cortas como si hubiesen sido tan solo una.
El buen tiempo que nos ha acompañado todos los días, el calor que solo era mitigado por el agua de la piscina y el aire acondicionado, el comer bien y el gozar de la compañía de Opaito, Omaita, José Ramón y compartir buenos momentos con David, Gemma y el pequeño Samuel, han hecho que por primera vez en muchos años, me desconectara de tal forma que he perdido de vista a la Gripe, la crisis, y todas estas cosas que nos amargan la existencia día a día.
Pero no creais que todo era levantarse para no hacer nada y esperar el momento de comer para volverse a acostar. Este año he hecho de todo: Jardinero, chofer, ayudante de pocero, etc. Tampoco vayais a pensar que opaito me ha explotado, todo lo contrario, pero lo cierto es que siempre hay algo que hacer y si se puede ayudar echando una mano en lo que sea, a mi no me duelen prendas hacerlo.
Estas vacaciones también han servido para ver a parte de la familia que teníamos, no olvidada, pues eso no cabe en nuestra cabeza, pero si un poco dejada más por nuestras obligaciones y distancia que por intención, y también para conocer y aproximarnos más a otras personas.
Con los amigos las cosas son diferentes. Fue el penúltimo día cuando nos veíamos con Vane y Migue pues no había forma de conciliar fechas ya que cuando a uno le iba bien el otro o la otra no podía, pero bueno son amigos y aunque no nos pudiéramos haber encontrado, una sola llamada o un mensaje hubiesen sido suficientes pues la amistad verdadera no requiere de mucho más.
En nuestra libreta de intenciones han quedado muchas cosas por hacer, por ver, por mostrar a quienes por unos días nos han acompañado por primera vez, pero como siempre suele ocurrir la mente corre mucho más que los pies.
Atrás quedan pues las visitas a Cádiz, las comidas o las cenas en agradable compañía, las risas y bromas alrededor de un grifo de cerveza que nunca se queda seco, las charlas hasta la madrugada después de un baño en la piscina o las batallas de globos o las guerras de colchones hinchables también en la piscina. También los momentos para retomar o comentar temas más serios.
Atrás queda la escapada a Sevilla, la cena en unos antiguos baños árabes, el paseo nocturno en coche de caballos y el agotamiento de un día entero en Isla Mágica.
Por delante, la ilusión de un viaje al Caribe en poco menos de un mes. Un viaje que nos habrá costado muchos sacrificios, una voluntad de hierro para contribuir diariamente durante un año con dos euros cada uno, pero en el que hemos puesto muchas ilusiones y expectativas. Por delante también, un nuevo curso para Ana y el reto de su carnet de conducir, el trabajo diario para mí, y aunque sea un poco lejos las ganas de volver el año que viene a “Caí” y el compromiso de continuar asomándome a esta ventana del Rincón de Opaito para exponer mi punto de vista sobre cuestiones que nos afectan a todos o que quizá son sólo cosas de pocos.
En el horizonte aún más lejano que lo anterior, las ganas y la ilusión de cumplir aquello que Ana y yo nos propusimos un día y formalizar lo que es una realidad evidente, y aún más distante, aunque cada día un poco más cerca, el poder quedarnos definitivamente ahí, que como dice la canción, yo no me fui de “Caí” , que tuve marcharme.
Un abrazo a tod@s
McGyver me alegro mucho que lo hayas pasado bien, una pena no habernos visto.Un beso a la Beto y cuidala mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro de que hayas tenido unas buenas vacaciones...y me alegra tu vuelta...nos leemos...
ResponderEliminarLo bueno se acaba siempre, lo mejor es que ya queda menos para disfrutar de otras estupendas vacaciones.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial.