12O: Barcelona se merece otra manifestación
20.09.2012 | 09:54
Si las filtraciones que nos llegan no se contradicen después con los hechos, amparado por la legitimidad que le otorga la gran manifestación del 11 de septiembre pasado, Artur Mas (CiU) acudirá hoy al Palacio de la Moncloa en Madrid para celebrar su reunión prevista con Mariano Rajoy (PP). Recibirá un no a su propuesta de pacto fiscal y, después, como consecuencia de todo lo anterior, desde la delegación del gobierno de la Generalidad de Cataluña en la capital de España hará el anuncio de elecciones autonómicas anticipadas para el próximo día 25 de noviembre de 2012.
A estas alturas, supongo que el presidente del Gobierno español ya habrá entendido que aquel acto bien programado y organizado desde el nacionalismo más radical no era un simple lío, sino, la expresión anunciada de que la crisis profunda que vivimos era el caldo de cultivo óptimo para avanzar en su construcción nacional y cuya estación término es la secesión. “La crisis es la tormenta perfecta para la independencia”, en palabras del clónico pujoliano y portavoz del gobierno de la Generalidad, Francesc Homs, resumen la oportunidad, aprovechando el momento que estaban esperando y creando desde hace años.
De nada sirven ya los argumentos – ¿sabían que más del 80% de los catalanes tiene algún abuelo no catalán?- donde se impone el sentimiento, la ideología sectaria, reaccionaria y excluyente. Como en los antiguos circos romanos, la plebe con el dedo hacia abajo clama por la muerte de España, y al césar nacionalista sólo le cabe otorgarla lavándose las manos.
¿Cabe resignarse ante el desastre que se avecina? ¿No cabe dar una respuesta adecuada desde la sociedad española que ahogue aquel grito de cientos de miles de personas, haciéndolo parecer un simple juego de niños traviesos ante la madurez de la mayoría? Me niego a creer que no es posible esa respuesta.
Barcelona se merece otra manifestación; la de los otros catalanes. La de los que se sienten orgullosos de ser, también, españoles -Pau Gasol, Albert Boadella, Montserrat Caballé, Dani Pedrosa, Félix de Azúa, etc.-; la que encabecen los partidos políticos (PP, PSOE, C’s, UPyD, etc.) que no pretenden la división sino la convivencia armónica entre ciudadanos libres e iguales; la de las asociaciones representativas del movimiento cívico no nacionalista (Asociación por la Tolerancia, Ágora Socialista, Impulso Ciudadano, Convivencia Cívica Catalana, Alternativa Ciudadana Progresista, Ciutadans de Catalunya, etc.); en fin, la de aquellos que por cualquier motivo prefieren profundizar en lo que nos une, lo conocido, antes que entregarse a los delirios de quienes nos embarcan, mediante la manipulación de nuestras vidas, en una travesía de incierto final –sirva la señora Enriqueta como ejemplo paradigmático, en este sentido, para todos-.
Algunos ya bajo el lema Som catalans i espanyols (Somos catalanes y españoles), en las redes sociales, han lanzado la convocatoria de una manifestación contra la independencia a celebrar el 12 de octubre de 2012. Aunque no soy amigo de las grandes concentraciones humanas, me reservo ese día para gritar fuerte por ese espacio de convivencia y tolerancia que nos une y que nos hace fuertes. Los barceloneses, los catalanes y el resto de españoles nos lo merecemos.
PD: Estoy seguro de que TV3 otorgará el mismo tratamiento informativo que dio a la del 11 de septiembre y que la Guardia Urbana del Ayuntamiento de Barcelona mantendrá el mismo sistema de recuento de manifestantes. No dudo que será así.
Tomado con permiso de:
http://www.vozbcn.com/
A estas alturas, supongo que el presidente del Gobierno español ya habrá entendido que aquel acto bien programado y organizado desde el nacionalismo más radical no era un simple lío, sino, la expresión anunciada de que la crisis profunda que vivimos era el caldo de cultivo óptimo para avanzar en su construcción nacional y cuya estación término es la secesión. “La crisis es la tormenta perfecta para la independencia”, en palabras del clónico pujoliano y portavoz del gobierno de la Generalidad, Francesc Homs, resumen la oportunidad, aprovechando el momento que estaban esperando y creando desde hace años.
De nada sirven ya los argumentos – ¿sabían que más del 80% de los catalanes tiene algún abuelo no catalán?- donde se impone el sentimiento, la ideología sectaria, reaccionaria y excluyente. Como en los antiguos circos romanos, la plebe con el dedo hacia abajo clama por la muerte de España, y al césar nacionalista sólo le cabe otorgarla lavándose las manos.
¿Cabe resignarse ante el desastre que se avecina? ¿No cabe dar una respuesta adecuada desde la sociedad española que ahogue aquel grito de cientos de miles de personas, haciéndolo parecer un simple juego de niños traviesos ante la madurez de la mayoría? Me niego a creer que no es posible esa respuesta.
Barcelona se merece otra manifestación; la de los otros catalanes. La de los que se sienten orgullosos de ser, también, españoles -Pau Gasol, Albert Boadella, Montserrat Caballé, Dani Pedrosa, Félix de Azúa, etc.-; la que encabecen los partidos políticos (PP, PSOE, C’s, UPyD, etc.) que no pretenden la división sino la convivencia armónica entre ciudadanos libres e iguales; la de las asociaciones representativas del movimiento cívico no nacionalista (Asociación por la Tolerancia, Ágora Socialista, Impulso Ciudadano, Convivencia Cívica Catalana, Alternativa Ciudadana Progresista, Ciutadans de Catalunya, etc.); en fin, la de aquellos que por cualquier motivo prefieren profundizar en lo que nos une, lo conocido, antes que entregarse a los delirios de quienes nos embarcan, mediante la manipulación de nuestras vidas, en una travesía de incierto final –sirva la señora Enriqueta como ejemplo paradigmático, en este sentido, para todos-.
Algunos ya bajo el lema Som catalans i espanyols (Somos catalanes y españoles), en las redes sociales, han lanzado la convocatoria de una manifestación contra la independencia a celebrar el 12 de octubre de 2012. Aunque no soy amigo de las grandes concentraciones humanas, me reservo ese día para gritar fuerte por ese espacio de convivencia y tolerancia que nos une y que nos hace fuertes. Los barceloneses, los catalanes y el resto de españoles nos lo merecemos.
PD: Estoy seguro de que TV3 otorgará el mismo tratamiento informativo que dio a la del 11 de septiembre y que la Guardia Urbana del Ayuntamiento de Barcelona mantendrá el mismo sistema de recuento de manifestantes. No dudo que será así.
Tomado con permiso de:
http://www.vozbcn.com/