Hola hijo.
Hoy hace 10 años que te fuiste, 10 años en los que hemos tenido que vivir en tus recuerdos, administrando cada día los sentimientos encontrados que se desprenden de tu ausencia.
Sabes que este año no quería escribirte nada, de hecho y así ha sido, esperaba que alguno de tus hermanos o tu propia madre pusiera una palabras para ti. Han sido las dos quienes te han, nos han expresado el tremendo dolor que llevan dentro; pero también la inmensa alegría de vivir de tus recuerdos. Pero sabes hijo, que esos recuerdos, esa forma de vivir, es cruel y despiadada.
Suelen decir que el tiempo cura las heridas, pero cuando se trata de la herida provocada por la muerte de un hijo jamás tiene cura, es más, se hace por tiempo más sangrante. Duele, sientes cada día, cada hora, cada minuto, cada instante de tu vida, porque no vives en la realidad, vives en recuerdos, en pasado y en sueños, pero jamás en la realidad, porque la realidad es que no estas con nosotros, solo podemos tener un contacto secreto, imaginario, de sentimientos.
Lo mejor de esto es que los recuerdos de ti son todos buenos. Tu carácter siempre alegre, dispuesto, cariñoso y positivo,. Todos los que hemos compartido contigo, que te conocimos, solo podemos hablar bien de ti; por tu ejemplo en la enfermedad, por tu delicadeza en los modos de vivir, por tus palabras siempre amables. Eras y eres aún un ejemplo para todos los que te conocimos y que siempre llevaremos presente.
Sabes bien hijo, que a pesar de los años no me acostumbro a vivir sin tí, me siento amputado, sin un miembro de mi cuerpo, padezco de una lesión sangrante en mi alma. Pero sigo caminando en la vida, esperanzado, fuerte,sin vacilar, no sería digno de tí si no viviera de esta forma, porque tu con tus limitaciones físicas, nos demostraste que las barreras, sea cual sea, están para salvarlas y aunque cuesta, estar sin tí, es la peor barrera que nos ha puesto la vida. Esa vida que ha sido mezquina con nosotros, que nos ha dado un palo inhumano, que nos ha puesto al limite en montones de cosas, pero aún así hemos seguido adelante, como un “guerrero de la luz”, poniéndonos de pié y pisando fuerte para seguir el camino.
Querría decirte tantas cosas hijo mío, extraño tanto no poder compartir todas las cosas que comparto con tus hermanos, todas las cosas que hablamos tu madre y yo de ti, tantas ilusiones que se nos viene a la mente y decimos “si viviera Raul”.... porque aunque no estés sigues vivo en nuestros sentimientos, en nuestros recuerdos ….. y es que eso hasta el momento no nos lo ha podido arrebatar la vida.
No puedo continuar más porque contra más profundizo en este escrito es más la pena y la rabia que siento y no quiero que de mi salgan palabras y sentimientos negativos, al menos hoy no. Hoy es tu día, es el día en que todos te recordamos y en el que todos decimos que hoy hace 10 años, un ángel se fue al cielo.